Just a kiss [Rubelangel]

CINCO

El corazon de Mangel se había detenido desde que había  escuchado a Rubius decir esas ultimas palabras,e inconsientemente había formado una sonrisa, una tan grande que probablemente se miraba igual que el joker.
Los ojos de Mangel seguían con un brillo nunca antes visto, su mente seguía repitiendo la conversación con Rubius una y otra vez .
El mayor por otro lado miraba a su ¿Mejor Amigo?

-¿Mangel estás bien?- pasaron un par de minutos antes que Mangel pudiera decir algo, talvez un poco más, pero Rubius no lo supo pues se perdió en el los lindos ojos de su acompañante.
El mayor al notar que el azabache seguía sin pronunciar palabra lo comenzó a sacudir, pero su mejor amigo seguía sin reaccionar.
Una sonrisa traviesa se paseó entonces por sus labios cuando otra idea surgió, entonces se acomodó en el regazo de su amigo y lo besó.

Mangel al sentir los labios de su amigo se sorprendió lo que lo hizo no corresponder en un principio, pero poco después correspondió, y justo en ese momento Rubius rompió el beso, sonrió y se colocó a horcajadas del menor, volvió a besarlo.
Mangel tomó al castaño de las caderas para acércalo más a su cuerpo, si eso era posible, ganándose que el mayor rodeara su cuello con sus brazos.
El beso entonces perdió su ternura y empezó a ser más caliente, transmitiendo el deseo reprimido por ambas partes.
A mitad de beso el mayor en busca de comodidad se movió, rozando así el miembro del pelinegro, lo que causó un gemido.
Rubius entonces sonrió satisfecho por su logro indeseado, y poco después rompió el beso en busca de aire, Mangel entonces se volvió a acercar para retomar el beso pero el mayor lo interrumpió.

-Mangel, ¿te importa si me voy a dormir? Se que no es tan tarde aún pero necesito dormir hace días no lo hago.

Miguel asintió comprensivo, depositó un pequeño beso en los labios contrarios y se movió con intenciones de levantarse para irse, pero el castaño fue más rápido y se lo impidió.

-Mangel no te vayas, ¿podrías dormir conmigo?- el mayor se sonrojó ante su petición, pero luego tomó su mano y los dirigió a su habitación.

El manor se quitó la ropa quedando únicamente en ropa interior y el mayor copió su acción para luego lanzarse a su cama, el menor río suavemente.
Una vez ambos se hallaron acostados y tapados el menor paso una mano por la cintura del contrario y lo atrajo a su cuerpo, en respuesta Rubius se acomodó en su pecho y depositó un pequeño beso en este.

-Buenas noches Rubiuh- fue lo último que escuchó antes de caer dormido.

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