El amor se encuentra en el momento que no te lo esperas...
Cuando tu vida es la peor de todas y no sabes que hacer... Les voy a contar esta historia de como... Como conocí al chico del muelle.
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Pasaron varios días después de eso, no volví a verlo porque no regresé...
Ahora solo que después de la escuela al único lugar al que iba era a mi habitación, después de todo, ya me sentía un poco mejor. Entré a mi casa, el silencio... que no era novedad, cada vez que llegaba el silencio se apoderaba de toda la casa, subí las escaleras que me llevaron hasta el segundo piso, y me dirigí a la puerta de mi habitación, dejé mi mochila en cualquier lado de la habitación, y me lancé encima de la cama, quedé sumergida en un mar de pensamientos que siempre me dominaban cada que iba al muelle... Solo que era el estrés de esta casa que no me permitía relajar mi mente. El sonido de la puerta de mi habitación abriéndose me hizo reaccionar.
-Hola no deseada- dijo mientras entraba corriendo y se puso a buscar entre mis cosas
-HEY, deja mis cosas ahí, ¿Te puedes ir?... No estoy de buenas- le dije intentando que suelte mis cosas
-No vine a ver si estabas bien... Me voy a la fiesta de Esteban- dijo mientras lanzaba mis pulseras y collares por el suelo
-¿La fiesta de Esteban?... Esas fiestas solo hay alcohol y drogas todo el tiempo... AH, espera me olvidé, ya eres una de ellos ¿verdad?- dije con sarcasmo
Ella dejó lo que estaba haciendo y me miró con odio.
-Escúchame bien, si repites eso, te juro que...
-Que le vas a decir a tu queridísima madre... Ya lo he oído tantas veces- Puse los ojos en blanco
-Muy bien ya nos estamos entendiendo- me dijo- Ah... y por cierto no me gusta nada de lo que tiene acá- dijo mientras tiraba todas mis joyas de mi pequeña cajita
-Oye, PARA, ¿QUÉ TE PASA?
-Para que te quede claro...- seguidamente pisó cada pulsera, collar, que se encontraban en el suelo - De que yo no estoy jugando- dijo antes de irse
Al escuchar el sonido de la puerta cerrarse, fue cuando corrí a ver todas mis pulseras y collares destrozadas y esparcidas por el suelo, pero... eso no fue lo peor, al encontrar mi collar de corazón, que estaba con todas las perlitas del collar sueltas, y el corazón estaba algo dañado. Lloré al ver esas palabras en pequeños pedazos : "Te quiere papi"
Cuando llegué, me senté al final del pequeño muelle, y dejé mi mochila a un lado, de mi bolsillo saqué el pequeño corazón, mis recuerdos de ese día volvieron, el más horrible de todos.
-¿QUÉ HACES AQUÍ?... SE SUPONE QUE YA TE DEBERÍAS IR- dijo ella alterada
-SOLO VINE A VER A MI HIJA- le dijo con mucho odio en cada una de sus palabra
Yo tenía ocho años ese día, estaba en mi habitación, solo escuchaba los gritos que venían desde la sala, mis lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, por cada grito abrazaba más fuerte a mi osito de peluche, con esperanzas de que esto... solo sea un sueño.
-Hijita...-escuché una dulcevoz detrás de la puerta
Abrí lentamente la puerta de mi habitación y ahí estaba mi padre al borde del llanto, yo solo corrí hasta sus brazos, y lo abracé fuertemente.
-No te vayas, por favor...- le dije con pequeños sollozos
Él empezó a acariciarme mi cabello, y yo lloraba más...
-Escúchame- me dijo alejándome un poco de él- Te prometo que volveré... Pero, quiero que tú también me prometas algo, ¿esta bien?
Yo asentí
-Quiero que me prometas que serás una niña buena... Recuerda que aunque yo no esté siempre estaré para ti... Quiero que conserves esto- sacó de su bolsillo un collar de pequeñas bolitas color celeste con un corazón de adorno con un mensaje que decía Te quiere papi - Esto es para que sepas lo mucho que te quiero princesa...
Corrí de nuevo hasta sus brazos, y el me depositó un beso en la cabeza...
-Te quiero- logró decirme antes de salir por la puerta.
Mis lágrimas caían más y más, a veces daba pequeños sollozos, no podía con este dolor solo quería de que dejen de pasarme estas cosas.
-¿Selenne?- escuché su voz en realidad era su voz, me sequé las lágrimas
-AH, Hola- dije con una sonrisa forzada
-Tienes los ojos rojos... ¿Estuviste llorando?
No me resistí más mis lagrimas volvieron, por más que me las secaba no paraban de caer...
-No importa...- me limpié mis mojadas mejillas con la manga de mi casaca
-NO, claro que importa, yo no puedo ver a las personas llorar... ¿Qué te pasa?- dijo preocupado
-Nada...- aparté la mirada, y respondí fría
-Dime... ¿Que te pasa?- volvía a preguntar
-Mi vida... Eso es lo que pasa- Tapé mi cara con mi rodillas, para que no me vea llorar, pero no paraba de sollozar.
Johan, se sentía mal, muy mal al verla llorar de esa manera, no sabía cual era la razón de sus lágrimas, y luego su mirada llega a una de sus manos en el que colgaba el pequeño collar, donde solo llego a leer las palabras "te quiere"... Los primeros pensamientos de él fueron, "terminó con alguien", "un imbécil"... Pero al ver la otra parte que decía "papi", se arrepintió rápidamente, de lo que pensó. Se acercó más a ella, y la rodeó con ambos brazos.
