¿Cuándo aprenderé?

Que noche la de anoche

Jugamos Twister, retos, con alcohol "Never have I ever...", ya eran las 10:00 de la noche.

-¿Quieres cenar algo?
-No lo sé, no tengo mucha hambre.
-Haré unos sándwiches.
-Vale. - Dije con una sonrisa. Una verdadera sonrisa, nunca me había sentido mejor.

¿Qué vas a hacer con los libros de mañana?

Vi un mensaje, era mi madre. Seguido a eso recibí.

Te extrañamos.
-📚

De parte del número desconocido. Había hackeado mi teléfono o algo parecido.

Pasaré mañana por ellos.

Le respondí a mi madre. Al otro numero no le respondí. Dejé el teléfono al ver que Laura se acercaba. Traía unos sándwiches y unas cervezas. Vimos televisión.

-¿Ya no tienes hambre? - Me preguntó al ver mi plato vacío.
-Podría comer un postre. - Dije con una cara picara.
-Ah si - Me dijo con una voz tan sexy y una gran sonrisa, acercándose a mis labios, me besó, primero suave después tan apasionado, sentía todo el fuego que me recorría el cuerpo. Me llevó cargada hasta su cuarto y me acostó en su cama. Seguía besándome encima mío y bajó hasta besar mi cuello. Me salieron un par de gemidos suaves y con la respiración entrecortada hablé

-Laura...La...Laura... - Dije sin realmente poder hablar.
-Mmm...¿Qué pasa?¿Qué no quieres? - Dijo dejando mi cuello, con la voz tan cortada como la mía.
-No si, si, si quiero. ¿Pero y qué pasa si alguien se entera? - Me vio con una cara de confusión.
-Digo, si de alguna manera se llegaran a enterar, ¿qué pasaría?
-Nadie se va a enterar. - Dijo sonriéndome y dirigiéndose a mi cuello nuevamente.

Recorrió mi torso con besos, desabrochó mi sostén sin alejar ni por un segundo su boca de mi piel. Daba pequeños besos que producían un gran placer, recorrió mis pezones con su boca y dio pequeños recorridos con su lengua en ellos. Me bajó la ropa interior  y empezó a pasar sus dedos por encima. Hasta que metió un dedo, y me sonrió. Metió dos y subió para besarme mientras metía el tercero. Lo sacaba y metía con un movimiento lento. Luego fue rápido. Adentro, afuera, adentro, afuera. Empecé a gemir. Cada vez más fuerte. Y ella empezó a bajar la velocidad. Sacó sus dedos e hizo un masaje por encima de mi V. Puso su rostro frente al mío y me sonrió. Yo sentía su respiración encima mío. Estaba agitada, la besé y la tiré al otro lado de la cama me puse encima de ella y bajé todo su cuerpo acariciando lo con las manos y llegué con la cabeza a su V. Moví mi lengua al rededor y la metí. Jugué con mi lengua, la sacaba la metía, hacia movimientos circulares, horizontales y verticales. Oía sus gemidos. Esos gemidos me excitaban más de lo que nunca había estado. Subí y le besé el cuello. Ella me besó la cintura. Estábamos sudando y teníamos la respiración entrecortada pero ambas sonreíamos de oreja a oreja. Toqué su delicada piel morena con la yema de mis dedos. Pasé por todo su torso, desde el ombligo hasta la parte inferior de sus senos e hice círculos al rededor de sus pezones.

Nos besamos, de nuevo nuestras lenguas jugaban entre sí, pero esta vez de una manera delicada que equilibro nuestra respiración.

•Lunes•

Un rayo de sol me cayó en el rostro. Nunca me pasaba eso. Y es que esta no es mi habitación. Es la de Laura. Veo al lado mío pero ella no está. Me levantó y cojo la sábana de vestido.

En la cocina la veo. Con ropa interior nada más, me está cocinando el desayuno casi desnuda. Es como un sueño, un perfecto sueño. Voy detrás de ella y la abrazo por la cintura. Le beso el cuello y ella sonríe. Se da media vuelta y me besa.

-Buenos días. - Dijo regresando a cocinar.
-¿Qué hora es?
-6:00
-Mierda tengo que ir por mis cosas.
-¿Cariño, sabes que entramos a las 7:30?
-Si, pero tengo que ir por ropa y libros.
-Ropa yo te doy, te arreglas aquí. Desayunas aquí. Y vas por tus libros. Que igual tu casa queda de camino.
-Vale. Voy a bañarme entonces.
-Prometo no meterme a la ducha.
-No prometas nada por favor. - Dije gritándole desde el pasillo entre risas.

Al salir vi ropa doblada sobre la cama.

-¿Uso esto? - Grité al verlo.
-Yo te elegí eso, pero si quieres otra cosa busca. - Respondió ella también con gritos.

Cogí lo que me dio. Unos jeans boyfriend claros, rotos. Unos tenis negros de Nike. Y una blusa manga larga, pegada, negra. Me hice una media cola con bun desordenado. Definitivamente no parecía que me lo había prestado ella.

-Te queda mejor que a mí.
-Tu no usas este tipo de cosas.
-Podrías sorprenderte.
-Contigo, siempre. Me senté en la sala y prendí la televisión. Ella se paró enfrente mío, no se había vestido aún.

-¿Te he dicho que me encanta tu trasero? - Le dije mientras lo veía y me mordía el labio. Ella se limitó a reír. - Parece un durazno. Muy carnoso, jugoso, suave, bien formado...
-Ten cuidado que me tiro encima tuyo ahora mismo...
-¿Se supone que eso me hará parar? - Digo con un aire pícaro. Ella fue al comedor.
-Ta está la comida.

Había hecho unos hot cakes. Platicamos todo el desayuno. Y me fui. Estaba en el auto casi llegando a casa cuando recibí un mensaje.

"Que noche la de anoche.
-🍑"

Sonreí, Laura me... Mierda, ese mensaje no era de Laura. Era de... ¿Grace?... El número desconocido de siempre...

"¡Ya basta!"

Le mandé y dejé el teléfono sobre el sofá.

Desconocido: ¿Qué gano yo si paro?
M: ¿Qué ganas si sigues?
Desconocido: Más de lo que crees.

Llegué a mi casa, ya no había nadie. Subí a mi cuarto por mis libros y corrí al colegio.

A segunda hora tenía matemática, es un verdadero problema. No puedo separarme de ella. Es imposible. Entré a la clase y me senté ella llegó, tenía una blusa de tirantes blanca, pegada. Una chaqueta de jeans, unos pantalones ligeros negros en tubo, pero nada pegados. Se le veían increíbles aunque no marcarán su figura y unos zapatos altos negros. Al entrar me sonrió y no pude no devolverle la sonrisa. Me llegó un papelito.

"Se más discreta."

Volteé a ver. Anna me estaba viendo con cara de "¿Qué te ocurre?".

"¿A que te refieres?"

Le mandé.

"Sabes muy bien de lo que hablo. No tienes que preocuparte por mí, pero no puedo hablar por los demás."

Respondió.

"Tenemos que hablar luego."

Le mandé y no recibí una respuesta así que volteé a ver y ella asintió con la cabeza.