Capítulo 8

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Narra Luna:


Desperté gracias a la alarma que no paraba de sonar. —Estúpida alarma. —Dije, para después apagarla. Tome el móvil y observe que hora era. Me sorprendí al ver que eran apenas las 7:35 de la mañana. Pero que temprano me había levantado, no tengo idea de porque había dejado la alarma a esas horas, — ¡Ah! era porque mis padres se marchaban a Alemania—, no sé porque me preocupo si anoche me acosté muy enojada con ellos. Pero bueno, eso no importa, ya me desperté y no podré volver a dormir.

Me dirigí al salón con la esperanza de que mis padres ya se hubieran marchado para no tener que ver sus rostros. Pero desgraciadamente ahí estaban, con esas sonrisas características, esas sonrisas que en el fondo odiaba con todo mi ser. Simplemente a pesar del tiempo no logro aceptar que vivan tan felices disfrutando de sus vidas "libres y sin ataduras" como si olvidaran que tienen dos hijas, dos hijas que los necesitan en sus vidas.

Mamá: ¡Buenos días hija!—Dijo con una enorme sonrisa.

Luna: Hola —Dije seca.

Papá: ¿Aún sigues enojada?

Luna: No. ¿Por qué debería estar enojada?— Dije sarcástica— Si eso de que no estén en casa ya es una rutina para ustedes y Leigh y yo hemos optado por acostumbrarnos.

Mamá: Hija pero no te enfades, debes entender que este es nuestro trabajo.

Papá: Tu madre tiene razón.

Luna: Si, como sea. —Dije en un tono frío.

Mamá: Ven hija, desayuna con nosotros.

Luna: No gracias, no tengo hambre.

Mamá: Pues como quieras.

Papá: Luna.

Luna: Dime.

Papá: Despierta a tu hermana, antes de irnos necesitamos que nos hagan un favor.

Luna: De acuerdo ya regreso.

Me dirigí a la habitación de Leigh para despertarla. Una vez allí abrí la puerta y entré en la habitación. Por suerte no me caí allí dentro ya que Leigh odia que tan siquiera una mínima de luz entre por la ventana, así que tiene persianas negras y no se puede visualizar nada alrededor. Ahora el único problema que veía era lograr despertar a mi hermana, esa dormilona sin causa.

Luna: ¡Hey! ¡Hey! Leigh, despierta ya. —Dije en un tono sutil, pero al ver que Leigh no despertaba decidí abrir todas las persianas de la habitación y subir un poco la voz.

Luna: ¡LEIGH! LEVÁNTATE YA. —Dije bastante fuerte, cosa que logró despertarla y a la vez hizo que se enojara.

Leigh: ¡¿QUÉ QUIERES?!—Dijo alterada.

Luna: Tranquila. Solo levántate ya que nuestros padres nos necesitan.

Leigh: ¡Ash! ¿Y ahora qué quieren?.

Luna: Ni siquiera yo lo sé. Anda, ponte tu bata rápido.

Leigh: De acuerdo. —Dijo levantándose y una vez puesta su bata nos dirigimos al salón.

Mamá: ¡Buenos días hija!—Dijo con la misma sonrisa de hace un rato.

Leigh: Buenos días. —Dijo en un tono adormilado.

Papá: Buen día hija.

Leigh: ¿Bueno para qué nos necesitas?—Preguntó en un tono enojado.

Papá: Bien, mientras su madre y yo estemos de viaje en Alemania, necesitamos que las dos se encarguen durante unos días del hotel y supervisen el funcionamiento interno del mismo.

Un Destino (Rubius y tú, sTaXx y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora