Parte 6.

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Siempre he pensado que no es malo estar triste de vez en cuando, sentirte vacío, débil y que lleguen lágrimas a tus ojos.

No es malo que quieras estar solo, que quieras huir de todos y de todo, incluso de ti mismo.
No es malo que traigas el invierno a tu cuarto aunque fuera sea verano, lo malo es que te aferres a esos sentimientos, a esa soledad que te deprime y destruye.

No lo hagas parte de tu rutina, ellos te visitarán de vez en cuando, y está bien, atiéndelos, pero recuerda eso, solo están de visita para recordarte que eres humano, que a veces también lloras aunque no lo quieras así y no quieras mostrar a nadie. Posiblemente todos alguna vez hemos querido estar solos, por mi parte, muchísimas. Pero jamás me ha gustado sentirme sola. Sí, solo cambia una palabra de "sentirse sola" a "estar sola", pero el sentimiento es diferente.
Estar sola es no tener nadie a tu lado un rato por querer despejarte o porque odies que te vean triste, pero a diferencia de sentirse sola es no tener a nadie que te insista en saber qué es lo que te pasa, en intentar animarte y en darte su total confianza para que tú sepas que puedes explotar todos sus sentimientos en su presencia y que no se irá.

Y es que todos tenemos una esencia que nos identifica, no todos somos iguales, ¿sabéis?
Poniéndome a mí de ejemplo, me suelen reconocer por necesitar que las personas que quiero y/o aprecio estén bien, que sonrían... Todas ellas me dijeron que tenía un enorme corazón, a lo que yo sin pensar respondí; un "enorme" corazón helado que busca las manos adecuadas en las cuales derretirse.

Quizás fue...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora