Montecarlo

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Era la primera vez que Richie y Marcus iban a reencontrarse en vísperas de carrera. Todos los ojos estaban puestos en el GP de Mónaco, sin embargo el recelo y la vida privada de muchos pilotos eran inmaculados, por lo que el riesgo de dejarse ver era mínimo. Richard estaba camino a un hotel centrico de Mónaco para encontrarse con su amado. No sabía cómo hizo para abrirse de la caravana de su equipo, para ir a otro hotel más pequeño y menos concurrido. 

Cuando llegó se dio cuenta por qué Marcus había elegido ese hotel para él: la decoración era medieval, con una mezcla de modernidad y primaba el color dorado, que decoraba las calles de Montecarlo. Fastuosidad a cada paso. 

-Cuánto contraste - musitó Richie para él mientras se sacaba los lentes para admirar el hotel. Bajó la vista y ahí lo vio a Marcus. Llevaba un jean roto y una camisa blanca. El pelo estaba perfectamente peinado para atrás, usaba zapatillas y tenía una mochila, presuntamente de su equipo. El camino hasta cruzar la calle se hizo eterno y todo pasaba en cámara lenta. Lo suficiente como para ser algo salido de una película. Finalmente Marcus llegó hasta Richard, y ambos se abrazaron. 

-¡Primo! - Dijo en voz alta Marcus. Richie hizo un gesto de incertidumbre, bien disimulado con los lentes de sol. -Es que... - comenzaba a bajar la voz - Dije que venías y que eras mi primo, pero Pontus se sumó al viaje y... bueno, creo que deberíamos empezar por él.- 

¡Estaba hiperdecidido! Marcus quería contarle a su hermano de su elección y presentarle a Richie como su novio. Iba a ser un fin de semana movido, con muchas novedades. La pareja caminó abrazada hasta el hall del hotel y Marcus se anunció con la reserva. Después de los trámites de rigor y una guía hasta su habitación, ambos quedaron solos. La puerta se cerró y ambos se dieron un apasionado beso, como salido de una película. 

-Cómo te extrañé... En serio- Richie agarraba con sus manos las mejillas de Marcus, ambos se miraban a los ojos. La habitación de ellos estaba en el último piso. Era la única que tenía directo acceso a la terraza. Era un lugar con una habitación enorme, con una gran cama king size, un sillón, un pequeño placard y un baño en suite. A la izquierda de la misma, un balcón imponente que daba a las fastuosas calles de Montecarlo. Ambos se miraron en silencio y se besaron nuevamente. Cuando la pasión parecía que iba a ceder entre ellos tocaron la puerta. Ambos pararon, se acomodaron la camisa y atendieron al room service que les llevaba un delicioso almuerzo para comer en la habitación. 

-Para mí, frutas y proteína, para variar un poco. - Marcus agarró el plato lleno de frutas y verduras mientras que a Richie le dejaba un bistec con ensalada y puré. 

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-En tu rol de productora vas a coordinar el aire con este control, para las salidas en vivo hablarás por este radio y para algunas notas en piso deberás hablar con los directores de prensa de los equipos, con los que tendremos reunión esta tarde, a eso de las cuatro de la tarde. - Uno de los chicos le daba varios cables y cosas a Bar, que no podía sostenerlo todo. Estaba muy asustada por todo lo que estaba pasando. Era su debut como productora digital y ya tenía muchas obligaciones e introducciones. 

-¡Mario! ¡No! Que Barbara es la productora digital, ella no coordina las salidas al aire. ¿O te olvidas? - Giselle apareció y le sacó uno de los controles de la mano - Quédate tranquila, todo va a salir bien. Procura tener la reunión esta tarde y todo lo que quieras hacer lo podrás lograr con su consenso. ¿Está bien? - Bar asintió rápidamente - Eso. Sí, no te asustes. No le hagas caso...- Gise le agarró el hombro y se la llevó lejos de ahí. -Están todos un poco convulsionados con tu llegada, nadie sabe qué hacer, pero mientras tú sepas cuál es tu rol, está todo bien. Y si necesitas que presente alguno de tus segmentos, habla primero con el productor televisivo. ¿Sí? - Bar asintió de vuelta con miedo. -¡Y no tengas miedo! - Gise le pegó una palmada que la sacó de sus temerosos pensamientos. 

-Bueno, gracias... por tu ayuda - Bar se quedaba sin aire en cada respuesta. -Es que todavía estoy un poco confundida.- 

-Anda, que ya en tres carreras más estarás como en tu casa. Mira, vamos a hacer una pequeña presentación. Mira quién viene ahí. ¡Hey, Marcus! ¡Marcus! - Giselle llamaba a Marcus Ericsson para presentarle a Bar. Ninguno de los dos sabía bien qué iba a decir, si se iba a presentar como si nada, o ya iba a decir que se conocían de antes. -Marcus, hola! Mira, te quiero presentar a mi nueva productora digital, Barbara. - 

-Hola Barb. ¿Cómo anda tu perro Niki? - Marcus y Bar se saludaron como si nada, y se saludaron amistosamente. -Oye, si me vas a presentar a alguien nuevo, que no sea mi amiga. O que sea alguien realmente nuevo. - se abrazaron y Giselle les preguntaba de dónde se conocían.

-Eeeehm... de la vida. No viene al caso. Marcus, amigo. ¿Vamos por un helado esta noche? - el sueco negó, ya que tenía que desfilar esa noche. Y desde luego, las invitó a verlos al desfile, que finalizaba con un cóctel para todos los invitados. 

-Muy amable de tu parte, Marcus. ¡Mucha suerte con eso! - Gise lo despedía mientras se alejaba para perderse en una multitud de gente. -¡Buen chico! ¿no?-

Bar le puso una cara como diciendo "¿A mí me venís a decir eso?". Era cierto que ellos ya se conocían de antes, sin embargo, lejos de preguntar al respecto, Giselle se quedó con algunos aspectos superficiales de la vida de Marcus. Que siempre lo veía solo, que se llevaban bien. Parecía que Giselle quería inducir a Bar en que ellos podían estar en algo. 

-¡Nah! Ni soñando... Lo veo muy concentrado en... su vida. Y yo, bueno, aprendiendo a estar sola. Ya sabés.- Habían obviado el detalle, en el momento que Barb aceptó el puesto en el canal, estaba terminando su relación con su novio. Por momentos, la relación había terminado bien, pero a veces recordaba algunos ratos injustos de la pareja y todo parecía haberse terminado mal, enojados, resentidos. -Ahora cuando vuelva de Montecarlo ya me mudo. Voy a tener un rato para acomodar mi cabeza. - Bar le tomó el hombro a Giselle y se fueron a la reunión con los jefes de prensa. Cuando la misma termine, iban a volver al hotel para arreglarse e ir al desfile para ver a Marcus. 

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Disculpen que ando falta de inspiración, necesitaba hacer un capítulo bisagra para lo que viene. ¡Que se viene más! 

Scandal - Segunda parte de A Kind of...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora