Barb llegó temprano a su oficina. Al estar sincronizada al horario europeo sus días empezaban muy temprano. Pero así como empezaban temprano, terminaban temprano. Era lo mejor. A las cuatro de la tarde ya estaba fuera de su oficina, lo mejor para pasar tiempo con sus cosas o hacer pilates, algo que a ella le fascinaba. Por una vez en mucho tiempo, estaba viviendo su vida a su manera. Esa tarde se quedaría un poco más porque tenía algunas entrevistas para su próximo compañero, el coordinador del área, con el que ella trabajaría a diario e incluso, compartiría su oficina. Mauricio desplegaba los currículums y seleccionó 3. Habían pasado muchos candidatos y sólo 3 pasaron a la entrevista con Bar. Ella ya había hablado con dos, faltaba uno.
La primera candidata la había convencido. Sabía de lo que hablaba y venía de ser Communtiy Manager para la división deportiva de una importante marca. A Bar le había gustado mucho su estilo, sin embargo le incomodaba un poco su arrogancia. El segundo candidato no la convenció en lo más mínimo, sobre todo en la parte en la que ella habló de Jenson Button y él no entendía quién era. Esa tarde llegaría el tercer y último candidato para tomar una decisión. No sabía de quién se trataba hasta que agarró su CV.
-Esta persona trabajaba conmigo antes... Es... Digo, era mi supervisor. ¿Y se quiere ir de donde está? - Barb jugaba con el borde de la hoja, sorprendida. Lo miraba a Mauricio y le preguntaba los motivos por los cuales decidió avanzar con él.
-Me pareció decidido. Además tiene experiencia en manejar grupos. Es el que más me convenció de los 3 junto con la chica. Creo que la decisión está ahí. - Barb asintió, hasta que llamaron al interno. El entrevistado esperaba en la oficina de Bar. -Suerte y cualquier cosa, me avisás.
Bar tomó el curriculum, luego de paso sacó su taza de café del fregadero y avanzó hasta su oficina. En la cual Ezequiel, un muchacho alto de tez trigueña y barba de algunos días esperaba en forma solemne. Al ver a Barb se sorprendió. Ambos se dieron la mano y se saludaron.
-No esperaba verte acá... Bueno, es algo incómodo. No me quiero imaginar para la agencia...- Ezequiel estaba algo nervioso y rió. Bar frunció el seño, en la industria podrían tomar mal que dos recursos se fueran al mismo lugar en menos de 3 meses.
Le gustaba el dramatismo, así que se echó para atrás en la silla y juntó sus manos. Ezequiel la miraba como esperando sorpresa o al menos una palabra de aliento.
-¿Por qué querés irte de donde estás? Me dijo el muchacho de recursos que estás un poco ansioso por irte... Mirá que las cosas no son tan dif...-
-Porque quiero un cambio. Veo como todos progresan y a mí me tienen como muñeco para pegar. Interno, externo. Quiero ser tenido en cuenta... Me está costando ya irme, pero realmente siento que no da para más. Y las promesas se diluyen, vi como varios se fueron, vi como te fuiste. Y acá de repente tenés tu oficina, tu tele - Ezequiel se daba vuelta en el asiento 360ª mientras hablaba - ¿Tu vino? -
Bar cerró los ojos y rió. No podía creer que su exjefe, con el que se llevaba muy bien estuviera ahí rogándole para subir a su barco. Agarró el currículum y le empezó a hablar de la disponibilidad horaria y demás beneficios.
-Vas a viajar unas 6 veces en todo el año, algunas conmigo y un par creo que no, para tu fortuna... - Ezequiel rió, mientras Barbara se levantaba por café. -¿Te hago un café? Es raro, es como cuando me vienen a visitar de otra oficina. Es raro, no es una entrevista convencional. ¿Qué tanto querés este puesto? Mirá que vamos a compartir oficina, hablo muchas boludeces, como demasiados cereales y me gusta poner música fuerte. -
Ezequiel estaba sorprendido, se sentía cómodo, a gusto. Aceptó el café y se quedó hablando con Bar de lo que esperaba a nivel profesional. Quedaba claro que no solo se estaba vendiendo muy bien, sino que además estaba convencido de que ese lugar sería suyo. Faltaba la última palabra, la de Mauricio, el director de Marketing. En lo que respectaba a su área, Bar ya había encontrado su mano derecha. Lo despidió fraternalmente y el muchacho abandonó el edificio.
-Yo sabía que esta piba era crack, pero tampoco tan crack. - Ezequiel volvió a guardar la carpeta en su mochila y se fue caminando raudamente hacia su casa, pensando en lo que había pasado. En ver a su exsubordinada, convertida ahora en compañera. Lo invadía una mezcla de orgullo e incertidumbre. Sabía que podía quedar allí, y la propuesta le agradaba mucho.
Se quedó un rato en la esquina, mirando hacia la nada, casi tildado. La gente avanzaba y lo llevaba por delante, parecía huyendo hacia los after office y otras cosas. Él permanecía en su vida, impertubable. Hasta que de repente una voz lo llamó.
Era Bar. Se estaba poniendo una campera de jean mientras lo llamaba.
-¿Tenés apuro? ¿Querés ir a tomar unas cervezas? - Bar se puso por fin la campera y se acomodó el bolso. -Podemos eh... Por ahora ya no soy más tu subordinada... Hay un bar muy lindo acá a la vuelta que no se llena y la pinta de cerveza es barata.-
Ezequiel asintió con la cabeza y se fue con ella hablando de lo mucho que quería irse.
-Tranquilo! Sí, sé que te querés ir. Pero voy a serte franca: la última palabra no es la mía pero sí la más importante. Puedo incluso negociar un par de viajes más... Podemos ser una gran dupla. - Barb hablaba de lo que esperaba, ya fuera de la entrevista y Ezequiel comenzaba a emocionarse -Pero, recordá que la decisión final no es la mía. Y si no quedás, no te desanimes. Yo entré acá por la recomendación de un amigo muy amigo... Casi insistencia. No se cómo inventaron esta área para mí. El director de marketing parece un tipo duro pero después cuando empieza a ver resultados se pone paternalista. Ya me pasó. Ey, ¿qué vas a pedir?-
-Ehm, una cerveza roja. ¿Vos?-
-IPA. No puedo dejar la IPA. Es como la guaraná o el frapuccino de chai. - Barb hizo un gesto sobreactuado y habló de vicios.
Esa tarde se sentó a hablar con Ezequiel de otros temas además del trabajo. Se enteró de cosas de su exoficina, algunas las sospechaba y otras la sorprendieron. Después hablaron de la familia, los estudios y luego, de algunas cuestiones más personales como la reciente ruptura de la relación.
-...Ahí es cuando aprendés a estar con vos mismo. No tener un mensaje de buenos días y uno de buenas noches a veces te hace sentir liberado. Saber que no hay una obligación de ver a alguien una o dos veces por semana, y que la comida siempre es para uno te da ciertas libertades. No lo se, con este cambio de irme por fin a vivir sola y que además cambié por el trabajo de mis sueños... me siento muy realizada. Y podría quedarme años en esta zona de confort. - Ezequiel asentía y destacaba la necesidad de tener esos momentos, que por ciertos ratos sentía que lo había logrado, sin embargo la zona lo comenzó a agotar, y el clima generado en ella y el hecho de estar siempre en la mira lo cansaron. Estaba en busca de nuevos desafíos.
-Ya con el hecho de poder viajar con mi trabajo me siento realizado. Hagamos el último brindis y nos vamos, que yo mañana a las 8 tengo una reunión.- Barb asintió y cuando estaba a punto de brindar recibió un mensaje de Mauricio.
"Mañana enviamos la carta oferta para Ezequiel. Decidido, él tiene el puesto. Prepaga 410 y el sueldo acordado más un bono cada 3 meses. Puedes darle la noticia." Barb alzó las cejas en señal de aprobación.
-Yo brindaría dos veces, se suma un motivo. Quedaste - Ambos brindaron y luego se abrazaron alegremente. -Bienvenido al caldo de la F1, Eze.-
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Scandal - Segunda parte de A Kind of...
Fanfiction¿Qué pasaría si... ... un día se descubre toda la verdad y aparece en todos los medios de comunicación? ... si alguien parece complicar a Richie, en especial en su relación con Marcus? ... si Barb consigue un trabajo para estar cerca de Marcus? ...