Descubrimiento

1.8K 124 7
                                    

Caspian no tuvo tiempo de analizar lo que había pasado, solamente se encontró en el piso y de inmediato buscó a Susan con la mirada. Al verla, notó una expresión de dolor en ella, escuchó el gritó de la gente y a alguien decir:

-Han herido a la reina- no tuvo que pensarlo dos veces antes de levantarse y tomar a Susan entre sus brazos, parecía que se iba a desmayar.

-¡Susan!- gritó con verdadera preocupación y vio la flecha que tenía enterrada en un costado. La acercó más a su cuerpo, poco a poco se percato de lo que había pasado, Susan lo había salvado, aquella flecha iba dirigida hacía él, no a ella. Su angustia creció cuando vio la cantidad de sangre que estaba perdiendo la reina, sin pensarlo se acercó a su oído y susurró:

-Estarás bien mi amor, lo prometo- se separó un poco de ella y comenzó a dar órdenes para capturar al culpable.

Liliandil de inmediato buscó a un sanador y se acercó corriendo a los reyes.

-¡Susan!- como pudieron la recostaron en el piso y notó que lentamente la reina comenzó a cerrar sus ojos. Sabía que eso no era buena señal. -Susan, no cierres los ojos, quédate con nosotros- le dijo mientras el sanador llegaba a revisar la herida. Todos se habían quedado en silencio a excepción de los guardias que se habían puesto en marcha para atrapar al agresor.

-Debemos sacarla de aquí, debo retirarle la flecha y detener la hemorragia lo antes posible- Caspian se apuró en levantarla y la llevaron a una habitación.

Mientras el sanador trabajaba con la reina, Caspian caminaba de un lado a otro fuera de la habitación preocupado por el bienestar de la reina. Liliandil nunca lo había visto tan preocupado, parecía que en cualquier momento enloquecería si no le daban noticias de Susan pronto y además, ni siquiera se había percatado que tenía la camisa toda llena de sangre. Parecía no importarle nada.

-Ella estará bien, está en muy buenas manos- intentó tranquilizarlo pero no funciono mucho. Liliandil al percatarse de que sus intentos serían inútiles decidió irse a sentar y pasó bastante tiempo antes de que el sanador finalmente saliera de aquella habitación.

-¿Cómo está?- se apresuró en hablar Caspian.

-Se encuentra estable aunque tiene que guardar reposo, afortunadamente la flecha no daño nada importante, la pérdida de sangre fue lo que provoco el desmayo que tuvo, pero tanto su majestad como el niño se encuentran bien-

-¿Niño? ¿Cuál niño?- preguntó Caspian confundido

-No sé si usted tenía conocimiento su majestad, pero la reina se encuentra encinta-

¡Encinta! ¡Encinta! Aquello resonó en la mente del rey, Susan no le había dicho que esperaba un hijo, no daba crédito a lo que escuchaba, se preguntó cómo no había sido capaz de percatarse de tal situación. Eso significaba que ella había seguido adelante, que tenía otro hombre en su vida. Tontamente había tenido la esperanza de que aún él fuera el dueño de su corazón pero era claro que eso no era así. Después de sentir una enorme tristeza ante tal pensamiento, de repente comenzó a sentir una gran furia dentro de sí al imaginar a Susan con alguien más, entregándose de la misma forma como lo había hecho con él. Sintió cada fibra de su cuerpo arder y cerró sus puños con una fuerza increíble.

Liliandil también trataba de asimilar la noticia, jamás se imagino que Susan llevara un bebé en su vientre. Se sumergió un poco en sus pensamientos antes de notar lo tenso que se encontraba su prometido. Le puso una mano en su hombro, ya que suponía que la noticia también había sido impactante para él, pero nunca se espero que se zafara bruscamente de su agarre y dijera:

-¿Tú lo sabías?-

-No Caspian, yo desconocía su estado-

-¿Cuánto tiempo tiene encinta? – le preguntó Caspian al sanador

Volviendo a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora