Cantos del corazón roto de la Luna.

El trago amargo.

Aquí estoy, sentada en el sillón que creímos perfecto para compartirlo toda la vida.

Estoy frente al calor de la chimenea, el cual, no me reconforta ni la quinta parte de como lo haces tú.

Escuchando nuestra canción favorita, la única melodía que nos hacía llorar a la vez.

Sigo aquí esperandote, con un trago de amargo lícor en la mano. Cansada de no verte. Recordando aquello que nos provocaba una risa espontánea.

Recuerdo aquel día de nuestro primer beso... Estaba la lluvia cálida y tú solo tomaste mi rostro con ternura, para después juntar nuestros labios y encender mucho más aquella llama a la que le llaman amor

Ahora todos los días de lluvia me saben a veneno. Me entristesco cada vez que las pequeñas gotas golpean a mi ventana y yo, estando tan sola, lo único que me queda es seguir fingiendo que no me interesa.

Recuerdo aquella vez en la que, sentados en la azotea, bajo ese cielo estrellado, me declaraste tus sentimientos, fue la primera vez que lloré de felicidad.

Ahora al mirar la luna, ya no siento regocijo. Es una tormenta ya no estar caminando tomada de la mano de la persona que me la regaló.

En mi memoria esta cada unos de los besos y abrazos que me diste. Ahora, cualquier prueba de amor, que no venga de tu parte, tiene sabor amargo.

Pienso mucho en el día en que todo empezó a marchar mal. Eras irreconocible, una persona diferente al hombre del que me enamoré.

Decidiste confiar en los consejos de tus amistades, (si es que se les puede llamar así), te convertiste en un sujeto arrogante, oportunista y aprensivo.

Te clavaste en la vida depravada de esas malas compañias... Debes admitirlo, traté de ayudarte pero no me lo permitiste...

¿Sabes qué es lo que recuerdo más de ti?... El día en que decidiste terminar esto.

¿Tan poco valía tú vida o en verdad querías castigarme por algo que nunca hice?

No puedo creer que no lograste entender que era a ti a quien yo amaba... No puedo hacerle entender a mi alma y a la razón que acabaste con tu vida.

No puedo aún dar por cierto que no llegarás por esa puerta, con los brazos abiertos, gritando mi nombre y listo para besarme como solo tú sabes hacerlo.

Esta es la pena que tengo que cargar, pero, por ahora no me queda de otra:

*Seguiré respirando.

*Fingiré una sonrisa ante todos.

*Beberé un trago amargo de lícor para olvidar.

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... ¡Ay, ay, ay! </3

¥Kokugatsu- chan ^._.^