Cantos del corazón roto de la Luna.

Cielo.

¿En qué se compara el cielo con la mente de esta chica?

Al igual que en él, en mi mente hay tantas nubes que no permiten ver lo que hay más arriba, la inmensidad real de el firmamento; cubren una a una las realidades, ocultan las virtudes que hay en mí.

De bello azul se compone mi alma. Adopté este color porque es el único capaz de provocar tranquilidad ante mis problemas. El colorido pasivo del azul, me recordará que existe lo bello.

Las flores aún se relajan bajo lo claro del cielo. Me dicen que las provoque, que las insite a sentirse amadas. Claman que respire su aroma, que suspire por ellas. Sus petálos necesitan que estímule su tacto, que goze de su ternura.

El agua del riachuelo quiere recorrer mi cuerpo. Quiere hidratar mis ideas. Que le cuente mis penas para calmarlas aunque sea un momento.

Aquella frágil mariposa se tiñó de rojizo atardecer. Desea que sorprenda con su belleza. Me insita a juguetear con ella, a ofrecerle una rosa para descansar. Se recarga en mi hombro y escucha mi lamento, produce a mi mente una instantánea pero necesaria felicidad.

Cielo, el se encarga de ofrecerle un hogar a las avesillas. Ofrece una sonrisa a los abandonados. En su inmensidad, con todos sus vestidos, con todos los que habitan en él, siempre tendrá una medicina para ofrecerte la felicidad.