Capitulo 6

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Leonardo se encontraba solo en su nueva casa, Claudia y Erik, tuvieron que ir al trabajo; y el de cabello oscuro empezaba a aburrirse. Le dijeron que podía salir de la casa, pero no debería olvidarse de las llaves; y con ese recuerdo, el de que tenía amnesia decidió irse por las calles de una desconocida ciudad, para el.

Empezó a mirar por todas las tiendas, empezó a leer nombres de calles; intentando, que mínimo algo le apareciera en su mente.

Nada

Suspiro, nada funcionaba; y decidió ir al último sitio que su mente le dejaba recordar.
El sitio donde conoció a esos mutantes.

No duró mucho en llegar y notar como todo estaba destruido; se acercó lo más posible y lo miro. Pero cuando algo se estaba creando en su mente, alguien le llamó la atención; alguien que se puso al lado suya:

 Pero cuando algo se estaba creando en su mente, alguien le llamó la atención; alguien que se puso al lado suya:

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-Que destrucción. ¿Verdad?-, le comentó de la nada.
-Sí. Destruido-, le respondió, y en ese momento le empezó a doler fuertemente la cabeza.
<<Destruido, destruyendo, Destructor>>, se repetía una y otra vez la última palabra en su cabeza. El pelirrojo sonrío y le cogió, logrando que no se cayera del dolor de cabeza que le dio de repente.
-Tío ¿estás bien?-, pregunto el pelirrojo.
-No te preocupes, tan solo un dolor de cabeza; pero gracias-, le respondió.
-Que educado. Mejor que te llevemos a tu casa, te acompaño-, le comentó el chico.
-No es necesario, ya puedo ir solo-, le contestó el de ojos azul eléctricos, antes de empezar a andar; aunque se sentía mareado. Rápidamente el de cascos corrió al lado de Leonardo, y le empezó a hablar, mientras andaba marcha atrás.
-¿Estás seguro? No pareces en condiciones para ir solo-, le empeño.
-Al final vas a venir ¿verdad?-, le preguntó, levantando una ceja y sonriendo.
-Siempre gano-, le informó.
-De acuerdo, me irá bien tener a alguien que me guíe-, le respondió.
-¿Eres nuevo?-, pregunto.
-No, pero he perdido toda mi memoria y digamos que sigo sin situarme-, le contestó, mientras empezaban a andar por la ciudad.
-Entonces, amnesia. Uh, eso debe de agobiar-, comentó el pelirrojo, dándose la vuelta y mirando al frente.
-Más de lo que crees-, le respondió.
-Sabes, yo conozco a gente que te pudiera ayudar-, le informó, el de los cascos.
-Dime ¿son esos típicos "contactos"?-, le preguntó el de tatuajes en forma de rayos, marcando las comillas.
-Exactamente. Mis contactos-, le contestó. Entonces pararon delante de una casa, una casa que se diría una mansión; y el de cabello oscuro cogió las llaves.
-¿Vives... En una mansión?-, pregunto asombrado el pelirrojo.
-Desde esta mañana. Cuando noté, que ya no estaba durmiendo en la calle-, le respondió, abriendo la puerta y entrando.
-Entonces, ¿adoptado?-
-Creo que sí. Y ahora me toca preguntar, ¿cómo te llamas?-, pregunto el de cabello negro, después de dejar las llaves en la entrada.
-Me llamo Coshi Saki, y te digo que vamos a ser muy buenos amigos-, le respondió, mirándole con una sonrisa.

Mientras en la ciudad, una rubia venía corriendo de la escuela; buscando el cobijo de su casa. Había sido maltratada, de nuevo, y ella no pudo hacer nada al respecto; y tan solo corría. Al entrar a su casa, tiro los libros en la entrada; y corrió hacia arriba, por las escaleras, dejando las lágrimas caer una y otra vez. Cuando creía que iba a poder llegar a su habitación, y desaguarse en su almohada; pero alguien se encontraba en el pasillo, alguien que se topó con el. Ella cayó al suelo, y rápidamente el de cabellos oscuros, le ayudó a levantarse; y al ver las lágrimas que recorrían sus mejillas se preocupó.
-Clohe, ¿estás bien?-, pero tan sólo ganó de respuesta, como ella quitaba la mirada y salía corriendo a su habitación.
-Menuda mujer-, comentó el pelirrojo, desde el final del pasillo contrario.
-Es la que me encontró; Claudia me contó, que tenía problemas con los otros alumnos, pero no sabía que eran tan graves-, le respondió; antes de acercarse a la puerta, que había sido cerrada con seguro y un portazo.
-Clohe sé que estás allí. Sabes que me puedes contar cualquier cosa, ahora, se podría decir, que soy tu hermano-, le comentó.
-Leo, por favor, no hay nada de hablar. Ni solución, ha este problema. Tan solo déjame sola, un rato, pronto llegarán nuestros padres y por ahí ya estaré abajo-, le respondió, la chica que estaba encerrada en su habitación; haciendo suspiras al de ojos azul eléctrico.
-Tío, las mujeres pueden ser complicadas. Déjales su espacio, será lo mejor-, le comentó el pelirrojo, rodeando el cuello del que tenía amnesia, y llevándoselo lejos de esa puerta.
-Creo que tienes razón-, le contestó, y de allí empezaron a ver canales de televisión.

Sin saber que el pelirrojo, tenía otros planes para ese chico.

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2016 ⏰

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