Capítulo Diez

56 6 1
                                    

Alex y yo no parábamos de mirarnos. Tal intensidad no pasó desapercibida para los demás presentes, quienes nos observaban; seguramente a la espera de que nos sacásemos los ojos o algo así. Nadie estaba al tanto de nuestra ruptura más que Kevin y Jade, pero había que ser tonto para no darse cuenta de que algo sucedía.

-¿Piensan pasar el resto de la noche aquí parados mirándose unos a otros? Estoy de acuerdo en que todos somos muy guapos, pero esto ya se torna extraño. Vamos lobos, todos adentro de una vez- Dijo Kevin llamando la atención de los presentes.
Supe que intentaba darme espacio a solas con Alex, y se lo agradecí internamente.

Saludé a todos mis amigos y esperé a que entraran a la casa.
Cuando ya no quedó nadie, me acerqué al chico que solía ser mi novio.
-¿Qué haces aquí? -espeté.
Suspiró fuertemente antes de contestar.
-Vuelve a casa.
Aquello me sorprendió.
-¿Porqué debería volver? Estoy muy bien aquí.
No me contestó. Su mandíbula se había tensado.
Su gesto me trajo una súbita nostalgia. Conocía cada expresión suya y su significado. Adoraba cuando reía, lo adoraba incluso así, enojado y distante. Y ahora me parecía tan lejano, tan ajeno a mí. Costaba creer que el chico que estaba parado enfrente de mí hubiese sido mío alguna vez. Pero más me costaba creer que ya no lo era.
Tragué saliva.
-Dime de una vez qué haces aquí. ¿Que quieres? Habla claro Alexander, no tengo tiempo ni humor para soportar más tonterías tuyas.
-¿Te acostaste con Kevin? -me soltó de repente.
Parpadeé varias veces, atónita. Me tomó unos segundos comprender la pregunta.
Cuando lo hice por fin, mi mano voló y se estrelló contra su mejilla.
-¡¿Cómo te atreves a decir algo así?! ¿Qué mierda pasa contigo? No es suficiente para ti todo lo que ya has hecho? Me dejas, luego te acuestas conmigo haciendome creer que habia algun tipo de esperanza. ¡Y al dia siguiente me ignoras por completo! Y ahora, cuando yo por fin he logrado distraerme por unas horas, he podido dejar de llorar y de sufrir, tú tienes el puto descaro de venir a interrumpir mi tranquilidad, arruinar mi reencuentro con la gente que quiero, y encima de todo ¡¿VIENES A ACUSARME DE ACOSTARME CON MI MEJOR AMIGO!?
Respiré hondo. Me había sobrepasado con los gritos, pero no podía controlar mi tono de voz. Todos mis amigos me rodeaban; no supe en qué momento se acercaron.
-Nicole, yo...
-¡CÁLLATE! Dime ¿qué te he hecho yo, para que juegues conmigo de esta manera? Te di tres malditos años de mi vida, quizá para ti no signifique una mierda, pero jamás recuperaré ese tiempo. Lamento no haber sido suficiente para ti, lamento ser una maldita perezosa e incapaz de hacer nada, lamento no tener nada que valga la pena. ¡Pero yo te amaba! Demonios, aún te amo. Y tu me haces esto... No es justo...

Mi voz se quebró, debido al llanto y a los gritos.
Ya hacia varios minutos que habia comenzado a llorar. Estaba totalmente histérica.
De pronto me sentí muy débil, mareada. Mis piernas ya no eran capaces de sostenerme.
Di un paso hacia atrás buscando un lugar para sentarme, pero trastabillé y me caí.
Dos pares de brazos me atraparon justo antes de aterrizar en el piso.
Eran Kyle y Kevin.
Alex ni siquiera se habia movido. Continuaba ahi, mirandome como si nada.
Aquello fue como una bofetada en pleno rostro. Brutal y dolorosa.
Ni por reflejo se acercó a ayudarme. Todos se habian movido, excepto el. Yo no le importaba una mierda. Quien sabe si alguna vez le habia importado realmente.
-Ya me torturaste demasiado. Te divertiste suficiente por hoy. Ahora vete.
Me miró como si lo que acababa de decirle lo hubiese lastimado. Vaya actor.
-Aun no has contestado mi pregunta. ¿Estuviste con él?-señaló a Kevin, quien continuaba sosteniéndome.
Una nueva oleada de furia me invadió. Quise golpearlo de nuevo y avancé hacia el, pero Kev se adelantó.
Cogió a Alex por el cuello de su camisa y creí que iba a pegarle, pero solo habló.
-Escúchame bien, cabrón. Nicole es mi mejor amiga, y he tenido que verla sufrir y llorar por ti varias veces. Pero esta es la peor. Me he callado porque la amo como a mi propia hermana, y tú estabas con ella aunque no me gustara.
Pero tú sabes que no te tolero, y has venido a mi casa a faltarle el respeto. No solo a ella, a todos los que están aquí. Estábamos perfectamente hasta que tú llegaste. Asi que más vale que te largues de una vez, porque ya nada me impide romperte la cara. Esto fue una advertencia.

Lo soltó. Alex respiró varias veces tratando de serenarse.
En ese momento, al verlo tan desamparado, me enfadé con Kevin. Y me odié a mí misma por eso, ya que él solo me estaba defendiendo de las cosas horribles que Alex habia dicho, pero aun así. Mi instinto protector no atendía a razones. Bastaba verlo en una situación desventajosa y ya me dominaba por completo.
Alex era incapaz de defenderse usando violencia. Era un chico tranquilo, jamás peleaba o insultaba, muy pocas veces levantaba la voz, siempre era amable y controlado. Se defendía con palabras, con altura y madurez. Pero eso no impedía que muchas veces abusaran de su bondad e hicieran con él lo que les viniera en gana.
A mi me hervía la sangre. Varias veces lo defendí de mucha gente, incluso en su trabajo me aseguré de que lo respetaran. En más de una ocasion le dije que reaccionara, que jamás lo tomarian en serio si seguia  siendo tan pacífico. Y él replicaba que la violencia no soluciona nada y me recriminaba ser tan impulsiva y explosiva.
Aquellas discusiones jamás sirvieron de nada. Ninguno cedía.

Me miró. Sus ojos formularon una silenciosa pregunta que comprendí al instante.
Negué con la cabeza. Me dolía el corazón, no podía más. Pero no sentí deseos de ir con él.
Estaba cansada, solo quería olvidarme de todo el máximo tiempo posible.
Sacudió la cabeza ante mi negativa. Sus ojos se llenaron de lágrimas y yo sentí que otra parte de mi corazón se moría. No soportaba verlo así. Y saber que yo lo causaba me ponía aún peor.
Pero no entendía absolutamente nada. ¿Porqué se suponía que estaba tan triste? Él había decidido terminar. Y tenía actitudes tan contradictorias, que mi cabeza daba vueltas por la confusión. Deseaba más que nada saber lo que pensaba.
-Vete.
Se quedó allí parado observándome, hasta que Jade intervino.
Se acercó a él y lo tomó de un brazo, guiándolo hacia la salida.
-Alex...Ven, debes irte. Mañana cuando ambos estén más calmados podrán conversar.
Sentí un gran alivio y agradecimiento con mi amiga. Ella supo que yo no podría ponerle punto final a esa absurda situación y lo hizo por mí.
Kevin me abrazó y me arrastró hacia adentro de la casa.
No opuse resistencia, pero pude ver que me estaba llevando hacia su habitación.
Cuando llegamos me indicó que me sentara en la cama. Lo hice.
-Quédate aquí. Recuéstate en la cama. Yo te traeré un café y algo para comer.
Asentí, a pesar de que no quería comer nada. Pero ya no deseaba hablar, ni discutir.
Y mucho menos con mi mejor amigo, quien estaba siendo tan paciente y cariñoso conmigo. Sabía lo enfadado que estaba, no soportaba a Alex y había tenido que aguantar que él viniera a su casa, a gritarme a mí y montar toda esa escena enfrente de nuestros amigos. Era la primera vez que nos reuníamos en dos años. Y Alex habia estropeado todo.
En ese momento, sentí mucha rabia.

Alex estaba arruinando mi vida entera.

BelieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora