HACE OCHO AÑOS ,cuando teníamos siete, mi mejor amiga, Jamie, me regaló un caleidoscopio. Parese una tontería, pero aquel artefacto me encantó. A Jamie también. La tía me lo quitaba cada dos por tres hasta que le regale otro. Solíamos quedarnos trizas en el patio de mi casa, mirando fijamente el cielo mientras los prismas giraban y cambiaban de color. Cristales de nube blanca, fractales de cielo azul.
Alucinante y psicodelico, pero en plan feliz y sin drogas. Bueno, ahora toda mi vida es así: cambiante y sin drogas, a menos que cuenten los antidepresivos, claro. Ah, y por cierto: Jamie ya no esta. Murió en marzo. Desde entonces me siento como si viviera en un caleidoscopio gigante: una fuerza exterior invisible le da vueltas al mundo, el suelo se tabalea y las piezas recordadas de mis días se empujan unas a otras en nuevos dibujos, todos vidriosos y triangulares.
Suena la campana. Tengo que irme volando al gimnasio, el ppor sitio en esta tierra prismatica y cristalina. Llamesmolo el Decimo Círculo del Imfierno. Odio este lugar con la pasion ardiente de in millón de soles, lo juro, pero necesito mis reservas de tampones e ibuprofeno. El periodo a desidido bendesirme en la mitad de la clase de Química y,por desgracia, se me olvidó reponer la taquilla principal con provisiones.
Después de tomar todo lo que necesito, atravieso el gimnasio a toda velocidad. Tengo que llegar al aparcamiento antes de que mi hermano Jeremy se valla sin mí.
Echó a correr a lo largo de la pared llena de ventanas hacia la salida más alejada, al otro lado del edifisio. Empujo la puerta, pero no se mueve, así que le doy varias patadas ¿veis? Este lugar es el epicentro del mal.......
Entonces, algo llama la atención al otro lado del cristal, me vuelvo hacia allí. Siento que estoy en una película pero el carrete se desliza fuera del proyector y se enrolla al caer al suelo.
Una visión borrosa. Una serie de imágenes a toda velocidad el ruido de una explocion y, luego, video que estalla en pedazos. Los sonidos reverberan por el suelo, llegan a mis pies, nubes por mis piernas y atraviesan mi columna.
Luminosos copos de nieve explotan en el aire, un caleidoscopio que apunta aL cielo azul y a las nubes. Pero no se trata de nieve ni de nubes,sino de esquirlas de cristal.
Una criatura enorme se tambalea frente a mi. Un ciervo de cornamenta maciza. Y no deja de bramar. Los copos de nieve,restos de ventanas hechas añicos, sobresalen de su cuerpo.
Ostras peludas. Los pies se me han quedado clavados al suelo. Estoy petrificada con una mano en alto (no que yo fuera capaz de detener el destrozo de cristales) ,y con la otra aprieto mi medallon, como si sólo fuera eso lo que necesito proteger.
El animal se trastabilla ,cabecea,me mira fijamente....... y juro que parece que quiere decirme algo. Que el caleidoscopio a girado otra ves, que mi vida a cambiado..... otra ves. Y este ciervo y yo estamos dando volteretas en medio de la luz y los prismas.
En cuanto vuelvo a sentir las piernas, salgo disparada de aquel lugar. Mi mente a puesto el piloto automático y mis pies me llevan directo al edificio principal.
Cuando llegó allí, apenas me salen las palabras.
-un ciervo..... en.... el gimnasio...... está..... herido.
La señorita Franklin se asoma desde su ordenador y deja la gaseoso light en la mesa.
-Sarah,cariño.....estas sangrando- afirma, y se lleca la mano a la frente.
Como reflejandose en un espejo las yemas de mis dedos notan la sangre caliente que brota de mi ceja. Tengo algo incrustado en la piel: un trocito de cristal.
-mierda.
El doctor Folger sale de su despacho
-¿ a caso he oído a nuestra joven Jones? Ciertamente no hay ninguna necesidad de emplear semejante lenguaje.
En realidad no me está mirando. Se a detenidos a recolocar la placa que hay en la puerta de su despacho, James Folger ,doctor en Educacio, Director pedagógico. Después se vuelve a nosotros y,en cuanto se fija en mi frente, se le salen los ojos de órbita.
-la madre que..... ¿ estas bien?
-claro, genial- no pretendía decirlo asi en algún momento de los últimos ocho meses, mi voz (o mi mente ) ha sido obducida por una neurona borde. Lo quiera o no el 92% de superior a mi-. Hay un ciervo en en gimnasio
-¿ que ha un que?
Mientras se lo explicó la señorita Franklin saca unos pañuelos y los ondea hacia mi. Tomo los clinex y me limpio con cuidado por encima del ojo.
El hombre da dos pasos hacia mi y entonces me para en seco,com si se hubiera quedado grogui al ver la sangre más de cerca .
Se aclara la garganta.,pero no dice nada. Ha debido de perder su vocación.
Suena el teléfono..
-..... quedate un poquito más. Si,luego vamos a por ti. Gracias- culega la secretaria y le dirime hacia el una de esas miradas punzantes que los adultos creen que los jóvenes se hoy en día no entendemos-. Igual deberíamos echar un vistazo al gimnasio ¿no?
- si, si, claro.
La señorita Franklin recoge su gaseosa light y me da varios pañuelos más. Me guardo el que he usado en el bolsillo y me aprieto uno nuevo contra la frente. (En el bolsillo izquierdo, basura: en el derecho, artículos de primera necesidad como cacao de labios y gomas del pelo ).
Salimos hacia el epicentro del mal.cuando doblamos la última esquina antes de llegar al gimnasio, empiezo a desear como una posesa que el ciervo se allá esfumado . Sinceramente preferirías que todo esto hubiera sido una alucinación. A veces parece que la posibilidad de estar loca es mejornada que andar lidiando con la realidad.
Pero el animal sigue allí y ahora esta gimiendo . El ruido deja helado al doctor Folger y a la señorita Franklin, así que soy yo quien habré la puerta. Nos quedamos en el umbral, sin decir nada,durante un rato que se me hace eterno El ciervo esta tendido sobre el costado mirando las ventanas hechas añicos,hacia la libertad.
Dejó la mochila en el suelo sin levantar la vista de mis pies. Oigo los intentos del venado por mantenerse erguidos.
A la secretaria se le cae la lata de refrescos clonc. Fsss.un líquido oscuro se extiende por el suelo sobre las líneas pintadas de la pista
-Oh, dios mío- suspira la mujer
-santo cielo...-susurra el doctor, y se restriega el cuello-. Llama a la policía
Esta pensando en Jamie
Todos estamos pensando en Jamie.
