Gemelos

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-Hey ¿quién eres?- pregunta una voz a mis espaldas que no reconozco, sin pensarlo dos veces pasó mi mano a la bolsa de mi mochila en donde tenía la navaja.

Me quedo en silencio esperando algo de su parte aunque no hace nada, aún no le he visto la cara pero escuche varias pisadas por lo que supongo que lo acompaña alguien.

-¿Qué haces en esta parte del bosque? El pueblo está a como a un kilómetro de aquí- me dice ahora una voz diferente de una chica, yo no le contesto -¿No escuchas?- me pregunta.

-Si escucho, que no quiera contestar es otra cosa- digo aún sin voltear.

-Que genio- dice la voz del chico que había hablado antes, saco la navaja lentamente esperando que no se den cuenta, la meto al agua y esta se pinta un poco de rojo gracias a la sangre que se desprende de la navaja -Vámonos al pueblo pequeña.

-Yo no soy "pequeña"- la última palabra la dije con cólera y asco
-puedo ir yo sola.

-Mira, a menos de cincuenta kilómetros de aquí hay un lugar lleno de asesinos y...- lo interrumpí a media palabra.

-Yo vengo de ahí- susurre, ¡Demonios Maddison! se supone que no tenías que hablar con ellos. Intentó tapar mi error con una pregunta -Y tu ¿Cómo sabes de ahí?

-Eres una de ellos ¿verdad? Una asesina- dijo la chica, parecía como si hubiera escupido las últimas palabras.

-Maldita sea, no te incumbe ¿si? Ahora chico, contesta mi pregunta- digo viendo como el agua pasa de roja a rosada gracias a la sangre.

-No- dice el, por primera vez volteo a sus caras, mis ojos irradian ira y cólera.

Eran una especie de gemelos, creo que tienen diecisiete años o algo parecido. Su tez era un poco tostada dándoles un leve tono bronceado, la chica tenía grandes "atributos" y con eso me refería a partes específicas de su cuerpo que no quiero mencionar, ambos tenían el pelo oscuro aunque la chica tenía las puntas decoloradas, los dos me miraban con unos brillantes ojos azules.

-Bien, pues yo tampoco contestare eso- después de mis palabras la chica se abalanzó contra mí pero yo reaccione quitándome antes, el chico seguía parado a una distancia de unos tres metros. Mientras la chica se incorporaba busque algo en mi mochila que me sirviera.

Tenía la botella de agua, una brújula, una chaqueta, y ¡una cuerda! No esperen ¡son tres cuerdas! Solo tendré que atarlos a ambos y me sobrara una, fácil ¿no? Los malditos de los asesinos querían que yo fuera algo parecido a ellos así que me enseñaron algunas técnicas de pelea cuerpo a cuerpo.

La chica se levanto y me lanzo una patada, yo me agaché, su pierna paso por encima de mi cabeza yo tomé la otra que estaba apoyada al piso y la jale haciendo que ella cayera al suelo.

A menos de tres pasos había un árbol así que el trabajo no fue duro, ella intentó levantarse dándome la perfecta oportunidad, rodee su esbelta cintura con la gruesa cuerda y la jale al árbol dejándola completamente inmóvil, hice varios nudos y después amarre sus manos he pies.

-¡Ayúdame Tyler!- gritó la chica desesperada, el chico soltó una fuerte carcajada mostrando sus alineados dientes blancos.

-¡Pequeña!- exclamó sorprendido -¡Si que sabes pelear! Normalmente no le haría daño a una chica y menos a una tan linda como tú- me guiñó un ojo.
Puse los ojos en blanco en forma de asco.

-Ajá- dije con sarcasmo.

-Hagamos esto más divertido ata mis manos a mi espalda- me dice.

-Te recomiendo no hacer estupideces- le dije pensando en lo que siempre me decía a mí misma una y otra vez; Maddie no cometas errores estúpidos.
Pero al parecer a él no le importo.

-Si no hubiera estupideces en la vida no habría diversión- me dice el.

"No habría diversión". ¿Qué clase de persona es esta?

-Que idiota, pero si así lo prefieres...- ato sus manos a su espalda. Intentó darle un golpe en el estomago pero él lo boquea con la rodilla. Después me patea detrás de las rodillas haciendo que caiga.

-¿Estás bien?- me pregunta.

-¡No te debería importar lo que le pase!- grita la chica desde el árbol.

-Amber, aunque no me contenga luchando contra ella, si le hago daño sigue siendo una damisela ¿no?- dice cruzándose de brazos.

-Oh cállate estúpido- le digo para después saltar a su cuello haciendo que caiga. Luchar con estos dos está haciendo que mis cortadas se abran más de lo que ya estaban.

El chico ya estaba en el piso, me subo encima de él paralizándolo totalmente. ¿Cómo demonios lo llevaría al árbol?
Saque la cuerda de mi mochila y amarre sus piernas.

-Listo- dije sacudiendo me la tierra de las manos. Jale al chico al árbol y lo amarre del lado contrario de su hermana. Solté sus piernas para poder llevarme una de las tres cuerdas. Guarde todo otra vez en mi mochila y empecé a caminar. Pasé junto al árbol y el chico me puso el pie haciendo que cayera -¡Qué gracioso!- exclamé.

Me levante y seguí caminando dejando atrás a los gemelos...

Escapando de la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora