IV

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Se quedó petrificada, viendo al chico, a su chico, no lo podía creer, totalmente verde y pegajoso, con cosas que solo dios sabia que eran, bueno, y la señora de la cafetería, con polvo blanco que se alcanzaba a ver a través del slime, se quedó sin habla...
Todos se estaban riendo, bueno quien no lo haría, nadie se acercaba a ayudarlo, ni siquiera Martha.

Todo pasa muy lento, de repente siente que la jalan de la chamarra, pero no reacciona, esta congelada,ni siquiera parpadea... segundos después sólo escucha pasos apresurados a sus espaldas, como a media carrera, y después, de la nada todo se queda en silencio, voltea la mirada, solo logra distinguir la silueta de un hombre con traje... tarda unos segundos en reaccionar, pero esta mas que segura de saber quien es... es el director

-Ohh- piensa ella sin poder pronunciar ni una palabra, y antes de que pueda reaccionar y salir corriendo a las espaldas del director, este con un grito pregunta que pasa, lo cual vuelve a dejar en shock, y el director, al no recibir respuesta, manda a todos a sus salones, se acerca al chico y le pregunta que si se encuentra bien, a la vez intenta ayudarlo para llevarlo a la enfermería, o a su oficina, o a las duchas, algo que lo ayudará a quitarse todo de encima, solo que no sabía que.

Al girarse en redondo para guiar al chico, se da cuenta de que Martha sigue ahí observando todo sin decir nada, sin moverse, sin hacerse notar    -Miren...-comienza a decir el director- tal parece que aún nos quedan espectadores... ¿No le dije que se fuera a su salón?-
-S-s-si s-s-señor- respondió tartamudeando, tuvo una sensación fría en la espalda, como una corriente de aire helado bajándole desde el cuello y un deseo de salir corriendo, sin embargo, se queda sin hacer nada, viendo al profesor, ya ni siquiera puede pensar en el chico...

-¿Y qué?... ¿piensa quedarse ahí parada todo el dia?-  al ver que no hay señal de respuesta en la chica decide jalarla del brazo, con un fuertemente tirón, que logra hacer al fin una reacción en la chica.

-¡Espere!- comienza a decir Martha- ¿Que cree que esta...-
-No quiero escuchar nada de su boca, si tanto le gusta estar fuera del salón, no regresara... EN UNA SEMANA-
-¿Que ca...?-
-Lo que escucho- y con esa frase término todo, se llevó Lo chico a las regaderas, y a Martha a la dirección, mientras el profesor se preguntaba porque le había tocado esa escuela, porque se había vuelto maestro, porque tenían que venir chicos lo suficientemente estúpidos como para hacer esas cosas...

Amor sin fronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora