Capítulo 28

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-Te pido perdón y espero que, aunque no me quieras a tu lado escuches mis palabras- me coge las manos entre las de él y las besa- Nunca he sentido esto ni con Marie ni con ninguna otra chica y aunque no confíes en mi debes saber que hice de todo para traerte aquí con nosotros, te amo.

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Han pasado cuatro horas, son las 6 de la tarde y él nunca volvió con mi dulce, estoy meditando muy bien sus palabras y si siempre me quiso y si los idiotas y mi familia siempre me quisieron.

Olvidando todo eso tengo que comenzar de nuevo, nueva casa, nuevo trabajo, eso haré cuando me den de alta me iré a un piso barato y conseguiré un trabajo en otro taller o incluso en otro tipo de empleo, pero, aunque él no me haya dicho adiós esto es un adiós o incluso hasta nunca.

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UN MES DESPUÉS.

Aquí estoy yendo a un taller de carros que queda a 15 minutos de mi casa, bueno es una casa que comparto con un chico y su hija, bueno mejor dicho Santiago y Valeri de 5 años, una ex novia de él muy amada murió y él se encarga de ella, aunque en parte parecemos recién casados; yo cuido de ella como si fuera de mi familia, y ahora vamos en su carro para que dejemos a la niña y luego a mi y por último él que sigue siendo dueño de la pista de motocross.

Cuando bajamos a la niña me doy cuenta de que alguien conocido también está dejando a un pequeño niño, y para mi sorpresa aparece una linda chica que se agarra del brazo de Set y cuando ella se da cuenta dónde está viendo se dirige hacia mi.

-Hola, tú debes ser Jen- me mira sonriendo y estira la mano- Yo soy Silvia, la nieta de Irma.

Cuando me dice esto reacciono es la nieta de la que Irma estaba tan orgullosa, pero si es muy bonita debe tener 16 años y yo aquí ya me están haciendo daño los años ya no me siento tan joven dentro de unos días cumpliré 21 y no creo que pueda con los besos de Valeri. Cuando está a punto de despedirse Valeri, salta a mis brazos y le doy un beso en la mejilla y corre a brazos de su padre y hace lo mismo.

Set y Silvia se despiden de beso en la mejilla y para mi es muy incomodo ese momento así que me acerco a Santiago y le jalo la manga de la chaqueta en una muda petición.

-¿Ya se tienen que ir? Recuerdo que aun te debía algo dulce mi niña.

-Yo me tengo que ir ya, si quieres puedes llevar a Jen a dar un paseo- se despide de mi de beso y de Set de apretón de manos.

Nos montamos en su carro y ninguno dice nada hasta que aparcamos en una cafetería y me deja la puerta abierta para que entre, mientras me siento puedo detallar el lugar es una cafetería linda y elegante, que pague él.

-Así que estás viviendo con Santiago- más que una pregunta era una afirmación.

2000 METROS HASTA LA META. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora