Corko

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Ya hacia más de una hora desde que había salido el Sol aquella mañana cuando la joven faelienne comenzó a despertarse y abrir lentamente sus preciosos ojos violetas. Se estiró e incorporó con lentitud sobre su cama mientras se despertaba completamente. Cuando por fin lo logró se levantó, vistió e hizo la cama.

Tenía la sensación de que estaba olvidando de algo o que le faltaba algo, no lo  distinguía con exactitud. Con eso en mente  empezó a girar, sin prisas, sobre sí misma examinando todo su cuarto en busca de alguna cosa que le hiciera recordar: su cama... la lámpara... la mesita de noche... el armario... el cuenco donde le ponía la comida a su familiar... la alfombra...

–¡Croko! –. Descubrió al fin cuando observó el comedero de este. Aquel simpático compañero que le otorgo Kero a su llegada, dormía todas las noches con ella en su cama y hoy podía distinguir un espacio vacío a sus pies por donde solía moverse Croko a la espera de que le mandase de  exploración.

Salió precipitadamente de su habitación sin mirar por donde iba, lo que causó que chocase contra alguien. Se alejó un par de pasos de pidiendo disculpas por su despiste.

–Oh, no importa, también es mi culpa, andaba en las nubes –. Leiftan la miraba con compasión mientras le restaba importancia al asunto.

–¡De verdad que lo siento! –. Seguía pidiendo disculpas una avergonzada Gardennie.

– Ya dije que no fue únicamente tu culpa... ¿Y porque tanta prisa? Hoy es día libre si mal no recuerdo.

– Es que no encuentro a mi familiar, cuando se supone que debía de estar en mi cuarto...¿Tú lo has visto?

–¿De que raza es?

– Es un bebé Corko, que irónicamente también se llama Corko. ¿Lo has visto?

–Lamento informarte de que no... –. Respondió algo apenado por no poder ser de ayuda.

–Oh... Bueno, gracias de todas maneras, seguiré buscándolo –. Y se marchó rápidamente a continuar con su cometido.

Cuando llegó al final del pasillo de las habitaciones y salió al vestíbulo observo todos los caminos y salas a las que podía ir dudando un momento sobre que camino seguir. Tiempo que la hizo volverse a encontrar con alguien.

–¿Buscas algo? –. Sonó una voz a sus espaldas.

Se dio la vuelta encontrándose allí de pie a la persona que menos pensaría encontrar con su cabello plateado, piel morena y ojos dorados en perfecta armonía, que pensándolo bien aquellos rasgos podían llegar a verse incluso como exóticos :  Valkyon. 

–¡Valkyon! – Articuló sorprendida – ¿Se te está pegando lo de aparecer de la nada de Nevra?

–Simplemente pasaba, pero no me has respondido.

–¿Eh?  ¡Ah! Pues buscaba a mi familiar, que no estaba conmigo esta mañana.

– ...

– ¿Lo has visto? Es un Corko bebé. 

–Oh... Creo que se donde se encuentra –. El también faelienne, como la chica, giro sobre sí mismo y avanzó hacia el pasillo de las habitaciones principales sin dejarle más remedio a seguirlo hacia donde únicamente sabía el en aquel momento. Avanzaban en silencio, Valkyon no era de los de hablar, y Gardennie temía que en ocasiones le resultase molesto o innecesario intentar entablar un tema de conversación.

–¿Qué pasó? – Preguntó cuando su guía se detuvo prácticamente en seco logrando que casi se diese con la espalda de este. 

–Ya llegamos. 

Abrió una puerta del pasillo principal y la hizo avanzar unos cuantos pasos hasta que la joven se encontraba en el interior de una habitación. 

Observó con asombro la habitación,  si su mente no le jugaba una mala pasada esa era la de Valkyon, cosa que si una lo conocía podía distinguir por algunas armas que decoraban una pared lateral, el estilo simple pero acogedor de la estancia y un musarose: Floppy, descansando en una cama a su medida.

Notó como unas manos se apoyaron sobre sus hombros sacándole así de su ensimismamiento.

–¿Es ese? –. Tardó un momento en recordar a que habían venido y sobre que le preguntaba, ya que el cuarto ocupaba el primer plano de su mente. Cuando se acordó es cuando se dio cuenta de que entre las sabanas de la cama, casi sobre los cojines,  había un pequeño bulto verde descansando plácidamente. 

–¡Corko! –. Salieron de su boca de manera casi inmediata esas palabras al mismo tiempo que se sonrojaba de manera casi imperceptible por la vergüenza que le causaba aquella situación. 

El pequeño levantó su cabeza sobresaltado encontrándose con su ama a medio camino entre el enfado y la vergüenza, a pesar de ello volvió a recostar la cabeza como si no fuera más que una mosca molesta. Se encontraba muy cómoda allí entre las sábanas de la persona con la que estaba encaprichada su dueña, y como dice Leiftan, los familiares tienden a parecerse a su dueño.

– ¡Me preocupas de tal manera y luego resulta que estas tan pancha descansando y acaparando una cama que no es la nuestra! –. Sabía que aunque le gritase seguiría donde mismo así que se aproximó a intentar llevarsela. – De verdad lo siento, Valkyon, espero que no te haya causado muchas molestias.

– No te preocupes por eso, lo máximo que me ha causado es no poder sacarla de mi cama...pero en cierto modo me recordó a ti cuando te empeñas con algo.

Se sonrojo un poco más que antes mientras intentaba sacar a su familiar de la cama, quien hacia todo lo posible por no levantarse.

–¿Y desde cuando estaba aquí?  

– Pues no lo se muy bien, pero cuando volví ayer por la noche ya estaba aquí.

–¿¡Ha dormido contigo!? –. Aquello se le escapó sin querer, ¿Como podía sentirse celosa de un animal y que además era suyo? – Entonces si te molestó y de lo lindo, quiero decir –. Añadió antes de que pasase nada incómodo. 

–Bueno, no tanto como crees, simplemente no se quería separar de mi –. En secreto Valkyon había deseado sin saber por qué, que aquel animal fuera Gardennie, para dormir con ella y poder abrazarla en la noche si tenía frío o pesadillas. Se sonrojo ante tales pensamientos e intentó desecharlos rápidamente. 

Por fin la joven logró separar al animalillo de la cama y agarrarlo de manera que no se escapase,  se dio la vuelta y lo observó de pies a cabeza.

–¿Qué pasó, a que viene esa cara?

–Esta es mi cara –. Ambos sonrieron.

–A pesar de las molestias de esta bichita, veo que te despertaste de buen humor hoy.

–Si.

–Bueno, muchas gracias por cuidar de ella –. Agradeció refiriéndose al familiar que estrechaba entre los brazos. Le dio un beso en la mejilla y se fue rápidamente de aquella habitación deja do tras de sí a un confundido y sonrojado  Valkyon. 

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Hola mis linduras, lamento si este one-shot no se centro mucho en el romance, o no hubo lo suficiente, pero en ocasiones escribir sobre Valkyon se me hace todo un reto si tenemos en cuenta que muchos de sus diálogos son: ... y todavía no conocemos mucho de él. Pero lo intente, supongo... y espero que les agrade, es algo que me gustaría que me dijeran en los comentarios,  para saber que tengo que mejorar y muchas gracias por leer todo esto, que seguro muchas evitan porque son mis divages ;)

 One-shot dedicado a: Menasayhi

Espero que te agrade

One-Shots [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora