La mascota de Majo nos visita(parte 2)

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Me dolía todo, en especial mi canilla, veía todo borroso, mientras la bestia estaba acercandose.
No podía ni moverme, unas lágrimas de dolor me resbalaban por la cara, ya no iba a poder más, era mi fin.

Entonces vi que una figura de negro( me costo verlo ya que veía borroso, mis lágrimas me inundaban los ojos, y era de noche)se acercó corriendo al ave, mientras que otras siluetas se me acercaban, pero antes de ver quien era, me desmayé.

Abrí mis ojos, estaba en una cama en un cuarto plomo, había objetos de primeros auxilios, en la pared donde se apoyaba la cama había una mesa plagable, si la desplegabla seguramente estaría lista para que tan solo me de la vuelta podría comer(lo cual obviamente era el objetivo)
Me dolía la cabeza y tambien me dolía la canilla, me mire la canilla y note que esta estaba envuelta con miles de vendas, no quería quitarlas, me daba mucho miedo hacerlo, no quería saber lo que me había pasado. Intente levantarme, pero no pude, la puerta estaba cerrada completamente¿qué hora era?¿donde estaba?¿que había pasado con mis amigos?
Mi celular estaba en la mesa, lo agarre y busque el número de mi madre. No respondió. Eich no tenía celular y no tenía el número de mis otras amigas, solte una maldición.
Empece a jugar algunos juegos en mi celular, una y otra vez intente comunicarme con mi madre, pero como todas las veces, nada.
¿Si les había pasado algo?¿Si el fénix había seguido a los que me llevaron hasta ahí?¿Si estaba afuera?
Miles de preguntas me recorrían la mente, no sabía que hacer, inmovilizado, sin comunicación, sin comida.
Esperé horas, horas, y horas. Dormí, jugue, intente llamar, jugue con la mesa plegable hasta arruinarla.
Es resumen hice todo lo posible para distraerme.

Después de lo que debieron ser como 5 horas, la puerta se abrió, por ella entró un tipo que a juzgar por su vestimenta era un doctor.
-Buenas Tardes-dijo el, pero yo no respondí, mas bien hice una pregunta.
-¿Donde estoy?- dije con aire inoscente.
- Estas en el hotel en el cual te alojaste.
- ¿ENSERIO?- dije feliz e ilusionado.
-Es enserio, ahora dejame revisar tu herida-dijo algo preocupado.
Cerre los ojo en el momento en el cual el doctor abrió las vendas, lastimosamente la curiosidad me venció. Había un hueco ahí y alrededor la piel estaba quemada.
Casi me demayo al ver eso.
- Tranquilo-dijo el doc viendo mi desesperanción-lamento decirte que debo volver a dormirte para que no sientas nada mientras se cura.
-Ya que- respondi.
Me puso una pastilla.
-No te preocupes, podras caminar-dijo mientras ya empezaba a adormilarme-tu padre te cuida.
Quería preguntarle a que se refería, pero me quede dormido a causa de la medicina.

Hijo de ZeusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora