2- Eres Un Idiota

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Dean me explicó como consiguió mi número de teléfono. La cosa fue así:

Hace una semana exacta a Dean lo expulsaron de su preparatoria, a causa de una pesada broma a su profesor (Si, la típica broma de la chinche en su asiento). Pero como ya había acumulado demasiados problemas... esa fue la gota que colmó el vaso (Como dice mi madre). Así que al otro día, el señor Dawson, corrió a buscar una nueva preparatoria. Se acordó de que su secretaria tenía una hija de la misma edad de su hijo (Osea que aquí aparezco yo). Fue a preguntarle a si conocía una preparatoria. Par mala suerte, yo iba a un instituto y no a una preparatoria. Al señor Dawson no le importó así que fue a inscribir a su hijo. El caso fue, que como mi madre se entusiasmó tanto. Fue y le dio mi número a su jefe, para que él se lo diera a Dean. Según mi madre, para que me vaya conociendo.

Por lástima Dean esperó hasta estas horas para contactarme. Luego, se coordinó la cena de hoy... y bueno, hasta ahí ya conocen la historia.

Después de que Dean me contara como consiguió mi número de teléfono, por fin, llegamos a mi casa. El reto de mi madre no tardó en llagar... puesto que el padre de él ya estaba ahí. No entiendo porque nos retan si la cena era a las cuatro, y nosotros llegamos a las cinco. No es que comencemos a comer a las cuatro de la tarde ¿No?

Al principio todo iba genial hasta que... pasó esto.

—Frank y yo tenemos que contarles algo...—Alarga mi madre— A partir de mañana, el señor Dawson los llevará todos los días al instituto.

—¿Que? ¿Osea que todos los días tendré que llegar al instituto con esa camioneta rara, que vale más que esta casa?— Pregunto asustada.

—¡Kayla! Por favor compórtate —Me reprende mi madre.

Esto es injusto, así que decidí levantarme de la mesa, e ir a mi cuarto. Pero luego escucho el ruido de un trueno que hace que me vuelva a sentar en la mesa.

¡¿Que!? ¿No les dan miedo los truenos? Pues a mi si, y estoy muy cagada con ellos.

Mi hermano, Thomas de 10 años, comienza a reírse descontroladamente. En estos momentos lo odio con todo mi corazón.

—¿Que le pasó?— Pregunta el señor Dawson preocupado.

—Pasa que... jajaja... mi...mi... jajaja... a mi hermana le dan miedo...jajja... miedo los truenos— Dice estallando de la risa.

Miro a Dean y veo como se aguanta la risa. Luego me lleno de odio y esta, vez si, me levanto de la mesa previniendo algún otro trueno.

—Kayla, siéntate por favor.

— Por favor las pelotas mamá. Lo único que quieres es que haga todo lo que tu digas, siempre me estás persiguiendo...— Hago una pausa—. ¿Y no crees que ya estoy un poco grande para ir sola a ese instituto de porquería?

Todos me miran sorprendidos, mientras yo miro a mi madre que está procesando la información.

—Kayla... Devies... Morgan...— Comienza a decir— ¡Estás castigada por un mes! Y olvídate de ese maldito campamento. Ahora te pido que te retires a tu habitación.

—A la mierda todos...— Susurro mientras comienzo a subir a mi habitación.

—¿Que dijiste? ¡¿Que dijiste Kayla?!— Comienza a gritar a mi mamá.

Las últimas palabras no las oigo porque ya estoy en mi habitación.

Agarro la almohada y comienzo a pegarle, es lo mejor que tengo. No quiero parecerme a esas chicas que comienzan a hacerse daño, así que lo mejor es hacerle daño a esa almohada que me acompañó por tanto tiempo de mi vida.

Enamorada Del Chico EquivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora