Uno: Miércoles.

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Me desperté sobresaltada, Sidney comenzó a ladrar lo más fuerte que podía, demasiado fuerte para un maldito poodle. Esto pasa todos los días, alguien toca la puerta de mi casa, mamá abre, y si a Sidney no le agrada el visitante, ladrará como loca hasta quedarse sin garganta.

Tengo escuela en la tarde, tercer año de secundaria, es una maldita pesadilla. Una chica normal, desearía no ir a clases, pero odio más quedarme en casa, con mamá quejándose de deudas, de chismes, y sobre todo del error que tiene por hija, es su pasatiempo favorito.

Son las 10:09 a.m. Quisiera seguir durmiendo. Pero no.

Meto mi brazo bajo la almohada con funda de Superman y encuentro mi celular. Espero a que se encienda y miro la pantalla.

"Mensaje de Mel, 9:26 a.m.:

¿Estudiaste para la prueba de física? Sé que no lo hiciste, al menos lee el tema de la clase anterior."

Tecleo una respuesta:

"Ojalá no vaya Hooks, porque no tengo ni idea de que mierda hablas. Gracias, Mel."

Vuelvo a poner el celular debajo de la almohada, por si mamá viene a mi habitación, no tenga idea de que ya lo estuve viendo a penas me levanté.

En el baño, cepillo mis dientes y me lavo la cara con agua fría, parezco un maldito desastre. Miro el horario que esta pegado en la puerta, mi horario de clases. Miércoles. Física a primera hora, luego Geografía y salgo de ese maldito infierno. No me importa la prueba, puedo recuperar luego.

Volví a mi habitación y me lancé en la cama, encontré de nuevo mi celular y entré a Twitter, tengo una cuenta fandom nada importante.

Leí acerca del descanso de One Direction, quizás no volverían. Salieron a la luz otras pruebas sobre Larry, esto se va a descontrolar, las Larries están locas, cabe a destacar que soy una de ellas. Y me emocionado muchísimas veces pensando que puede llegar a confirmarse la relación, pero nunca pasa.

He pasado las últimas dos horas acostada mirando el techo. Pensando en un mundo paralelo donde sea más que esto, más que una niña estúpida pensando en relaciones que no son mi problema.

No desayune, no tengo el más mínimo animo de desayunar.

Cuando ya son las 12:33, me meto en la ducha, y pongo mi celular con música en el lavamanos, está sonando Atlas de Coldplay, algo relajante.

Después de tres canciones y media, salgo de la ducha, y corro a vestirme.

Cuando llego a la cocina con la ropa puesta y casi lista, mi almuerzo está sobre la mesa. Espagueti, que rareza. Un vaso con lo que parece limonada, y mamá sentada observándome al otro lado de la mesa.

—Hola. –Digo acercándome. Ella levanta la vista.

—Hola, Dan. –Su mirada recorre mi cuerpo. –Si hubieses dormido un minuto más podría pensar que estabas muerta.

Eso es lo que deseo, estar muerta.

—Sabes que duermo hasta tarde. –Me mira y hace una mueca.

Comí inquieta, esperando que dijera algo malo sobre mí. Pero se mantuvo en silencio.

Me levanto de la mesa y lavo el plato lo más rápido que puedo antes de cometer una torpeza y mojar mi ropa, o romper algo.

Una hora después estoy entrando al instituto, cabello despeinado por la brisa, mi bolso de margaritas colgando del hombro, y mi celular en una mano para asegurarme que no he llegado tarde. Confirmo que estoy en la hora correcta cuando distingo a Beth al fondo del pasillo, con Lucy.

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