Fabián

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30 minutos después.
CC:
Querido Rafael:
¡Respondiste! Estoy tan contento de ello.
Tengo una pregunta que hacerte ¿Tal vez Dios nos perdone al final o la sociedad? Te entiendo y respeto tu forma de pensar amor, pero no estoy tan de acuerdo.
Nadie puede decir "Irás al cielo o al infierno" porque, dime ¿Esa persona fue hacia allí y volvió? Nadie sabe exactamente como Dios nos juzga, solo pueden suponer...
Pero dejemos de hablar de ello, no voy a discutir lo de la religión ni si es pecado o no.
Yo solo sé que te amo y que mi sentimiento está aquí y mi corazón, sigue latiendo por ti.
No puedo olvidarte, aunque el psicólogo me dice que en menos de un año estaré "curado", me parece absurdo, pero si mis padres creen que ese hombre puede ayudarme, pues lo intentaré mientras no empiecen a cortarme o eletrocutarme, creo que eso ya no lo aceptaría. Prefiero ser homosexual que deformado o con graves traumas.
Uno de los psicólogos que me tratan es de religión, suele leerme la biblia y marcarme algunas partes que "condenan" a las personas que aman a alguien se su mismo genero, y me dice que cuando lo supere no solo yo tendré una vida normal y contenta, si no toda mi familia. Eso, aunque trato de no mostrarlo, también me causa depresión. Yo no le hago daño a nadie, pues si porque las parejas de dos chicos no podemos tener hijos es que nos dicen "antinaturales", entonces supongo que antinaturales también son los matrimonios que no son fértiles. Me tachan de pervertido por mi amor por ti, cuando, digo yo ¿Acaso no son ellos también los que mantienen relaciones sexuales sin querer tener decencia? Sino, no se explicaría tantos métodos anticonceptivos, además, si todos "sirviéramos" a Dios como lo hacen las monjas y curas, nos extinguiríamos porque no podríamos caer en el pecado de la lujuria y, lamentablemente, los bebes no nacen de huevos o salen de los árboles.
Lamento aburrirte con lo que creo, pero necesito decirle a alguien. A veces Elena me abraza y me dice que todo estará bien, que todo mejorará, pero yo se que ella, como yo, cree que esas terapia no me van a servir.
Las cosas por las que estoy pasando a veces son más grandes que yo y me superan, daría todo por volver el tiempo atrás a cuando teníamos solo quince años y nos robábamos besos a escondidas. A esas tardes soleadas cuando jugábamos en el parque o las veces que nos quedábamos conversando hasta tarde. Cuando podía abrazarte con fuerza sin que nadie nos mirara raro, puesto a que todos suponían que eramos solo mejores amigos.
Fue mucho lo que pasamos juntos, me pregunto si me alcanzará la vida para que alguien pueda borrar estos sentimientos hacia ti.
Tal vez, mi principal problema, es que no quiero ver a mi enfermedad como una, me aferro a la esperanza de que mi corazón te siga perteneciendo.
Algunos con los que hablé me dijeron que llegaron a curarse, pero eso me parece tan lejano en este momento. Si me curó siento que lo haría por los de mi al rededor, pero no puedo pensar en otra persona que no seas tú a la que le pertenecería mi corazón.
Me duele mucho que me digas que te casaras algún día, pero si ahí encuentras tu felicidad, no voy a impedírtelo.
Con dulzura, Fabián Tolomeo.

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