Capítulo VIII

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— ¡¿Ya estás listo?! — Preguntó el rubio, aburridísimo de esperar a su cervatillo, aunque solo hubieran pasado unos quince minutos.

— ¡P-Por supuesto! — El chico apareció por las escaleras, con la sonrisa tan grande que siempre tenía.
Llevaba puesto un hermoso vestido rosa pastel, con detalles de encaje, que le llegaba hasta las rodillas.
El pecho de Bill se infló, orgulloso de tener a sus cuidados a un niño tan lindo como Dipper.
Le rodeó la cintura con su brazo y lo acercó a si, para darle un suave beso en los labios.
— Te ves hermoso.
Dipper sonrió atontado y se sonrojó hasta las orejas.
¿Qué estaba pasando con este Bill? Le hacía sentir tan bien con tan solo un par de palabras. ¿Hace cuanto no le hacia un cumplido sin que fuera en el momento de estar en la cama?
Tal vez la idea de salir junto hacia mas romántico al Cipher, algo que nunca era.
Salieron de casa y se subieron al auto del mayor.
Dipper estaba que moría de entusiasmo. Quería preguntar a dónde irían, pero tenía miedo de arruinar una sorpresa. Prefería quedarse en la ignorancia por su amado.
El rubio condujo un rato, casi media hora, saliendo de la ciudad. En todo ese lapso de tiempo fueron conversando, tocando temas al azar, conociendo más las actividades y vida diaria del otro cuando estaban separados.
Se estaban divirtiendo incluso antes de que empezara la cita en serio.
Cuando Bill detuvo el auto, Dipper se vio frente a un gran edificio, iluminado fuertemente, se veía totalmente lujoso. Al estilo Cipher.
— ¿Qué es esto? — Dijo el castaño, ya casi sin poder aguantarse las ganas de entrar.
-Un restaurante. Bueno, también un hotel. Aquí comeremos, para luego salir.  — Bill pasó su brazo por encima de los hombros del más pequeño y acarició su cuello. — Comerás lo que se te antoje, pero no mucho, ¿Sí?
Dipper asintió emocionado, y junto al rubio, fueron al restaurante. Se ubicaron en una mesa y llegó el camarero de inmediato.
— ¿Que se servirán, caballeros? — Habló, con un marcado acento francés. Miró a ambos, esperando para anotar.
— Yo quiero un vaso de champagne, con... Uhm, el plato seis. — Este plato consistía en un trozo de salmón algo ahumado junto con un poco de verduras y puré de patatas, decorado.
— Yo quiero el plato tres, y un vaso de jugo de frambuesas. — Plato tres, consistido en pollo al horno y fideos.
— De inmediato traerán su orden. — Y el camarero se retiró.
— ¿Qué mezcla es esa? ¿Pollo con fideos? — Ríe el mayor, haciendo que el menor se sonrojara.
— No te burles, yo lo he preparado en casa y ni te haz inmutado a decir algo. — Pines se cruza de brazos. Indignado.
— No te pongas así, sabes que no te conviene. — Contestó frío el otro, a Dipper le dio un escalofrío, calló de inmediato, para ponerse a mirar alrededor.

Empezaron a conversar luego de unos minutos, esperando a que llegara su orden.
Cuando sucedió, ambos continuaron tranquilos con la velada. Jugando un poco y riendo mientras comían.
Dipper creía nunca haberse sentido tan querido en su vida. Estaba feliz.

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okay okay, no me linchen, por favor :'v lamento demasiado la demora, pero mañana mismo publicaré otro cap! lo juro!
Y OTRO ESTARÁ EL PRÓXIMO VIERNES, lo doy firmado si quieren.
¿Qué se les ocurre que vayan a hacer después estos dos putitos?
Dipper está super felizzz, en serio, Bill nunca le trata así.
Cuidense y nos leemos~;)

Hey, sugar daddy! [Billdip] (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora