Prudence Hellen.

Sábado.

Por la tarde.

A la hora del almuerzo el pub se llenó y no pudimos cerrar sino hasta las tres, a las cuatro volveremos a abrir y creo que quiero anotar algunas cosas extrañas que vi y sentí.
Comenzaré escribiendo desde la mañana; nos levantamos a las cinco como de costumbre, desayunamos y salí a alimentar los animales, que sino lo mencioné antes, por la parte de atrás del pub está la granja (ya entrada en el bosque), volví a la casa a las seis y comenzamos a hacer aseo en el pub, a las siete abrimos y entraron los clientes de siempre a desayunar, para las diez el pub estaba medio vacío, así que entramos a la cocina y comenzamos a hacer el almuerzo, cuando ya casi estaba lista la comida comenzaron a llegar los clientes, eran quizá las 12:30 y El Sombrero Puntiagudo estaba casi lleno, había mucha gente extraña y el ambiente comenzó a volverse pesado a medida que entraba más, no se volvía pesado por la cantidad de gente, sino que era alguien con una energía tan negativa que dañaba todo; la tía Clemence me pidió que abriera las ventas supuestamente para que saliera el humo de la cocina, pero yo la vi mientras encendía incienso y lo colocaba por las rendijas para que ventilara la habitación, unas mujeres estaban sentadas y hablaban animadamente cuando de repente se miraron y terminaron la comida tan rápido como pudieron, se levantaron, dieron a Clemence y a Sarah las gracias, les pidieron que se cuidaran mucho y se fueron a toda prisa, unos minutos después llegó un grupo grande de gente muy extraña, miraban mal a todos los clientes e incluso a la tía, se sentaron lo más cerca a la pared que pudieron y pidieron una cantidad enorme de comida, una de las mujeres que había salido volvió a pedirle algo a mi abuela y cuando los vio, les dio la espalda y se hizo una seña (debo preguntar qué es y porqué la hizo), en fin, el grupo llegó casi a las dos de la tarde y no se fueron hasta las tres cuando con firmeza la tía les dijo que era hora de cerrar; desde que llegó este grupo grande las personas, que anteriormente hablaban animadamente, comenzaron a susurrar, nadie se sentó cerca de ellos y mi tía y mi abuela me mandaron a la granja hasta nuevo aviso, que no fue hasta después de que ellos se marcharon; la verdad todo me parece bastante extraño, desde que haya tantísima gente en el pub hasta que estas personas fueran capaces de quebrar los nervios de acero de la tía y la abuela.
Bueno, ya van a ser las cuatro y debo ir a arreglar las cosas en la cocina, creo que escribiré de nuevo después.

Por la noche.
La tarde fue calmada aunque también hubo mucha gente, no pasó nada que pueda pensar que es raro, ahora estoy en la cocina que acabo de arreglar mientras Clemence y la abuela hacen limpieza de energía en el resto del pub, después la cocina, y como último la casa; sé que están preocupadas y que están alistando materiales para hechizos de protección.

Más tarde.
Tuvimos una pequeña reunión y Clemence confesó que no quería abrir el pub al menos durante un mes; creo que es por la gente nueva del pueblo y por los hombre raros que vinieron a almorzar, mi abuela cree que aunque sería lo mejor también podría levantar sospechas. No tengo miedo, pero temo que en algún momento este se apodere de mí; en este pueblo siempre pasan cosas raras, quiero volver al bosque y quiero que Clemence venga a vivir con nosotras.

Hace media hora dejé el diario y cubrí la luz, hay alguien fuera del pub desde entonces, salí del cuarto y hablé con mi abuela y con Clemence, estamos todas en la cocina esperando; hay más voces, ya vienen...