Siempre me pregunté cómo se conocieron Clemence y mi abuela, sé que han sido amigas durante más de veinte años, y sé que siempre que podían se internaban en el bosque a leer y estudiar lo que allí pasaba.
Ésta tarde tuve la valentía de preguntarle a mi abuela cómo se conocieron, me dijo que en las clases que tomaban con una anciana en el pueblo, la anciana las ponía a trabajar juntas y les dejaba de tarea leer un libro, del que sólo había un ejemplar en todo el pueblo, así que tenían que reunirse en las tardes a leer; un día la anciana les comentó que tenían la sangre de las brujas que sobrevivieron a la matanza y que juntas podrían ser sabias y encontrarían el apoyo que nunca habían tenido, también les dio el consejo que mi abuela me dio, no perder la concentración, le pregunté el significado de esto y no dijo nada, después de un largo silencio me dijo "Querida Prudence, las brujas no estamos solas en el mundo, así como existimos nosotras, y están las buenas y malas energías, están las personas que usan la brujería para el mal y al final, sólo consiguen crear dolor y cuando sufren sus malas energías de extienden haciendo que las demás personas no logren nada bueno, haciéndolos caer en un bucle de dolor y maldad, haciendo que éstas personas lastimen a otros, creando así una cadena. Pequeña, éstas personas se camuflan y las encuentras desde la forma más dulce e inocente hasta los más grandes y despiadados asesinos, por tanto, perder la concentración implica que seas más débil y que haya más posibilidades de caer en sus garras, perder la concentración les permitiría herir a alguien más, seguir expandiendo su maldad y dejando huecos en las demás personas". Después de esto me habló de Clemence.
" Clemence, tiene mi edad, 80 años, nos conocimos cuando teníamos 9, desde entonces hemos sido inseparables.
Su vida ha sido bastante difícil, vivió en Alemania durante la segunda guerra mundial y emigró hacia acá cuando cumplió 7, sus padres murieron en las calles de Hamburgo y ella quedó sola y desamparada, comenzó a vender las joyas de sus padres, sólo conservó el anillo que su madre tenía cuando murió, un ónix en un corte ovalado, lo puedes ver en su dedo índice en la mano izquierda, luego fue a un campo y comenzó a trabajar para unos obreros y consiguió el dinero para venir, la anciana que nos daba clases la dejó en el pub y pagaba sus gastos, cuando tuvo edad suficiente le ofrecieron administrar el pub y así se convirtió en la heredera del señor que antes lo dirigía, desde que la anciana la cobijó su vida mejoró notablemente y ahora es de las personas más sabias que puedas conocer.
Clemence siempre adoró leer y dibujar, aprendió a leer el Tarot y hace las mejores botellitas de protección, ah sí, te mandó esto - mientras hablaba me extendió una botellita que en el fondo contenía sal negra, y a medida que iba subiendo cambiaba a hierbas y otras cosas, la botella tenía en la boquilla una tapa de corcho y estaba con una cadena así que me la colgué como un collar - ahora, querida Prudence, vamos a limpiar un poco las energías de la casa y quizá mañana iremos a casa de Clemence a celebrar el Ostara".
Después de limpiar quedamos tan agotadas que fuimos cada una a su cama, y como ya he acabado de escribir hoy, me iré a dormir, buenas noches abuela, buenas noches Clemence, ya verán con orgullo que yo tampoco puedo la concentración, espero.

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Prudence Hellen.
FantasyEl estudio de la ciencias ocultas no es peligroso como todo el mundo cree, o bueno, no tanto.