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Rafa esperó a que sea de noche para escapar, no por ser el escenario favorito de un criminal, sino porque le daría ventajas la oscuridad y que todos estén adentro de sus respectivos hogares.

El comandante había dejado de buscar las llaves, pues tenía copia de cada una de ellas, así que como pésimo oficial, lo dejó pasar.

- Pudo haber caído en las manos equivocadas- rió sarcástico el recluso.

El oficial de guardia quedó dormido como siempre lo hacía, Rafa deslizando sus manos por las barras de acero logra abrir la celda, causando un ruido estruendoso.

Quedó quieto observando al inmóvil oficial recostado en su silla de madera, y se dispuso a continuar.

Como estaba varios años allí, sabía que en un cuarto al fondo, se guardaban todo tipo de armas incautadas.

- Grave error policías, colocar armas en el fondo de un conjunto de celdas con reclusos, dejando a la vista todo lo incautado, qué tontos, que ironía. Pero...ahora me viene bien, así que...gracias- hablaba solo mientras buscaba la llave correspondiente.

- Aquí está- abre la puerta- oh sí, hace tanto no disfrutaba el hecho de portar armas de estos calibres, cuchillos, hasta incluso sedantes, ¡aquí hay de todo! Reverendos idiotas, les pasa por poner una cárcel provisoria sin precauciones. Es hora de divertirse- frota las manos tratando de elegir las armas adecuadas.

RAFA [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora