Camile llegó al lugar que llamaba hogar, entro al baño y lavó su sonrisa. Lo único bueno de estar ahí era que no necesitaba fingir. Odiaba sonreír cuando no podía.
En el angustioso baño, sintió cómo su garganta se relajaba para dejar salir los gritos que la ahogaban. Se miró en el espejo: ojeras, demacrada, pálida, y las cicatrices le daban un toque tortuoso, casi moribundo. De hecho si, se le estaba muriendo, pero no lo sabia todavía.
Gritó un buen rato, luego, simplemente salió, dejando en los alaridos todos los problemas y dolores que la molestaban. Tenía miedo, no era fuerte, sin embargo ella era muy consciente de ello y creía que admitirlo conseguía que pudiera superar más rápido las cosas. Casi siempre estaba en lo correcto.
Su casa era un pequeña, confortable, sin embargo no se sentía cómoda, sentía que ocupaba espacio ajeno. Que no se merecía ni siquiera respirar en ese lugar.
Con todo esto en mente, prendió un cigarrillo, purificando su odio e incomodidad, dejando la paz momentánea que entrega el tabaco.
Escuchó a su familia entrar y rápidamente apagó el segundo cigarro. Ruidos de peleas y aullidos se escucharon a los segundos... Ahora alguien lloraba. No tenía tiempo para ellos.
Entró a la pequeña habitación completamente empapelada con pósters. Muchos eran de mujeres, Frida Kahlo, Simone Boubier, Marie Curie entre otras. Quizá escondido tenía algunos de Freud, Guevara o Marx.
Entraron todos y cada uno de sus familiares. Los alaridos habían invadido su único espacio. Abrió la boca y dejo salir un grito devastador, agonizante. Instantáneamente se acallaron las voces de su madre, su padrastro y su abuela.
Los miró, entrecerrando los ojos y entregándoles no sólo odio, si no dolor, la más dulce combinación. Ellos se rieron, como era usual, de Camile. Creyó morirse en ese instante, donde la humillación se apoderaba de su ser.
Su suerte no era tanta. Las lágrimas empezaron a caer y luego su visión se fue nublando, el negro comenzó a prevalecer, sintió el aire lejos de sus pulmones y se desvaneció en una pesadilla profunda.
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Camile: Crónica de una adolescente asustada.
Mistério / SuspenseTodos tenemos miedos, sin embargo Camile los enfrentaba día a día. Había algo que le decía que era tiempo para sucumbir entre las sombras y el dolor. Quizás estaba en lo cierto.