Dificil decisión

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La noche seguía en aquel antro mientras todos criticaban y hablaban mal de X, éste perdió de vista a Ana cuando de repente una mujer lo tocó por detrás, al girarse vio lo que parecía ser un hombre con cuerpo de mujer cuando de repente Ana llegó, algo ebria, e inició una discusión con aquel transexual. X recibió un puñetazo y empezó a dar patadas sin control, cogió a Ana y salió del local a las doce.
Fue una noche movida y no terminaba de comprender que le pasaba a Ana, inició una pregunta nada mas llegar al apartamento de Ana con su propio coche pero no dio tiempo a seguir cuando Ana le vómito encima. Pidiendo perdón intentó huir hacia un callejón cuando se cayó sobre la acera.
Al comprender que ella no podía mantenerse en pie decidió meterla en casa, algo arriesgado para él.
Al entrar, la desvistió y acostó en su cama. Cuando aparentemente ella dormía, el se levantó a asomarse por una ventana cercana ya que había oido unos ruidos extraños aunque al parecer no había sucedido nada fuera de lo normal, más tarde fue a comprobar si Ana estaba bien pero ella ya no estaba allí, el sintió un dolor inmediato en la cabeza y el pecho, lo que nosotros definiriamos como angustia y rápidamente fue aumentando su preocuoación hasta que encontró una nota en el salón.
-GRACIAS POR TODO, PERDONA LAS MOLESTIAS OCASIONADAS-
Seguido de unos extraños dibujos y acertijos.

TERCER DÍA

Era muy temprano cuando X fue al local donde había encontrado a Ana el día anterior pero le dijeron que había dejado el trabajo, siguió buscándola y decidió ir al antro nocturno pero estaba cerrado aunque allí preguntó a una señora mayor si había visto a tal mujer, ésta le dio la dirección de un piso situado en la ciudad, hasta allí fue muy preocupado y en la puerta de la vivienda pudo visualizar un folio pegado con celo viejo y arrugado, rápidamente lo arrancó y se volvió al coche.

Cualquier persona habría tirado aquel papel lleno de garabatos pero no lo hizo.
Tras aquello fue a un descanpado a toda velocidad. No se podía ver a nadie a más de trece km a los alrededores. Sacó un aparato compuesto por un conjunto de piezas, catorce para ser exactos.
Unió las piezas e intentó mandar señales a su mundo para detener el ataque, por desgracia el aparato estaba dañado y sus jefes tardarían un día en recibirlo.

El estaba esperanzado en que aquellas notas que tenía en su poder no fueran más que una casualidad. Miró su reloj, que marcaba el medio día, apenas unas horas le quedaban a aquel planeta, pero no era esa su preocupación.
Estaba en un lugar solitario con un sol radiante, sin nubes ni viento, sin ningún ser vivo cerca. No había ningún movimiento y cada vez se sentía más débil en este nuestro planeta, no sabía como encontrar a Ana sin levantar sospechas pero siguió intentándolo.

Esperó a que la estrella radiante bajara su intensidad y se paró a pensar por un instante para poder localizar a una, ¿humana?

Descubrió que nunca había trabajado en ningún bar, pero no solo eso, aquella mujer no tenía ningun pasado oficial en la Tierra, sin familia, sin estudios, sin trabajo, pero ya no era eso lo que X se preguntaba ahora; aquella "mujer" era la única con la que había estado por lo que realmente no sabía con certeza si ella pertenecía al planeta más observado y controlado durante años.

Soy el número 23Donde viven las historias. Descúbrelo ahora