Capítulo 4 - Negligencia

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El próximo capítulo va a ser el punto de vista de Craig, quizá. 

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En una sala común del hospital, se hallaba en cama el pequeño rubio con una bata de hospital, aún sin despertar, y con un suero conectado a uno de sus brazos.

Sus padres se encontraban a su lado. La madre, con el rostro rojizo y las bolsas de sus ojos inflamadas de tanto llanto a su derecha, y el padre, con un semblante de arrepentimiento, a su izquierda respectivamente. Él en cambio, no podía seguir llorando, no luego de ver por tanto tiempo la misma escena desesperanzadora. Esa habitación blanca, reverberante y espaciosa, casi vacía, en la que no podía distraerse con nada, sino sólo simplemente ver a sus dos seres queridos más valiosos, sus dos aficionados al café, irónicamente suspendidos en el tiempo y faltos de energía, sin señales de mejoría ni nuevas noticias por parte del médico.

Ya se había hecho de tarde. Las cuatro de la tarde. Y por un error de taza, había echado a perder el primer día de quinto grado de su hijo y el equilibrio mental de su esposa.

Además, sentía que tenía prohibido abrir la boca. Ya que cada vez que intentaba decir algo, era como si su esposa tuviera un sentido extra que le indicaba justo a tiempo cuándo iba a hablar, activando automáticamente la mejor mirada acusadora que él jamás había visto en alguien.

—¿Señores Tweak? ¿Puedo pasar? ¿Señores Tweak?

La voz de la directora Victoria hizo presencia del otro lado de la puerta. No lo parecía del todo por lo exigente que era, pero fuera de su lugar de trabajo, ella era una de las mujeres más dulces del pueblo.

—Adelante. —agregó Richard lo más suavemente que podía.

Sin atreverse a entrar aún, la docente se asomó desde la puerta.

—Hola señores. Espero no estar molestando, pero no veía la hora para terminar de trabajar y venir hasta aquí a ver cómo estaba mi tan querido alumno.

—Si está preocupada de que la hagamos responsable, descuide. No la haremos cargo, no hay razón para hacerlo.

Ella reaccionó aferrándose más con sus manos a la puerta y retrocediendo un poco.

—Ooh, no no no no, no vengo por eso, lo que ocurre es que me angustia saber que Tweek esté aquí. En general durante toda mi carrera nunca pude venir a ver a mis alumnos al hospital, pero ahora que en realidad soy la co-directora... Pude lograr escapar un rato de mi rutina para ver a este jovencito tan bueno. No sé si puedan hacerse una idea de cuánto aprecio a su hijo. Digamos que su pequeño es el único amigo de verdad que he tenido dentro de esa escuela.

Era un hecho que Victoria conocía bastante los problemas de Tweek. Era muy habitual que el Sr. Mackey le pidiera ayuda con el chico desde hace años, cuando las crisis de ansiedad no lo dejaban llevar un día normal. Ellos dos eran con los que más solía pasar tiempo fuera de la soledad de su oficina. Y debido a pasar tanto tiempo con el niño, sentía cierto apego y le tenía mucha preferencia en comparación con el resto. Más aún después de que Mackey, a quien había considerado su único amigo adulto en toda la institución, hubiera traicionado su confianza y su amistad al hacer que la despidieran, Tweek había sido todo ese tiempo su único amigo real, el que le agradecía en silencio con una sonrisa cada vez que ella intervenía y lo calmaba con sus palabras de dulzura.

—Oh, si es así a Tweek le hará feliz saber que usted vino, y si tenemos suficiente suerte, tal vez sienta su presencia y eso le ayude a despertar. —Richard forzó una sonrisa que Victoria interpretó con empatía.

—Permiso. —la docente pasó por la puerta con un oso de peluche gigante blanco entre sus brazos y lo dejó sobre una repisa ubicada arriba de la cama.

Relegación. [Tweek & Craig (Creek)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora