Y me he quedado con la absurda manía de excavar el pasado, reviviendo recuerdos intrusos, que duelen, atormentan y estrujan el alma. Sacando la nostalgia y abriendo heridas del ayer. Para luego lamerla y llorar, llorar hasta desangrarme, hasta ahogarme en mis propios caprichos de niño masoquista.
