La asistente de Liz || Luke Hemmings

En breve...

— ______, quiero que seas mi asistente. - Dijo Liz mirandome a los ojos. - Eres una chica encantadora y responsable, aparte de que te va muy bien en mi materia, ¿Qué dices? - Lo medite unos segundos.

—Me encantaría. - Le respondí con una sonrisa en el rostro.

  — Perdón por el desorden, linda. - Me dijo mientras entrabamos a su hogar, muy lindo a decir verdad.

— No te preocupes, en mi casa es más desordenado. - Dije haciendo una mueca. Subimos al segundo piso de la casa en dirección a la oficina de Liz. - Disculpa, Liz, pero ¿Me podrías prestar el baño un momento?

— Claro, esta allá al fondo. - Dijo señalándome al fondo del pasillo; me fui en dirección a este. Mientras iba recorriendo el pasillo, vi que habían dos habitaciones más, me pareció extraño ya que hasta donde se, Liz solo tiene un hijo.

  — ¿Qué haces aquí, hermosa? - Me voltee rápido por el susto, encontrándome con unos ojos azules muy cerca de mi...

  — ¡Déjame en paz! - Le grite soltandome de su agarre, provocando que muchos en el instituto nos voltearan a ver.

  — A mi no me grites, perra. - Dijo acercándome otra vez a el jalándome el brazo, me estaba apretando tanto que creo que me iba a dejar una marca. Yo le peque un puño en la cara con mi mano libre, esto solo provoco que se moviera un poco y luego cogiera mi otra mano, lo mire a los ojos, unos ojos cafés llenos de furia. - Vas a pagar caro por eso.

  — No tanto como tu si no sueltas. - ¿Este estúpido otra vez acá?

— ¿No tienes nada mejor que hacer? me fastidias. - Le dije seca sin voltearlo a ver, pues estaba calificando unos trabajos que me había dejado Liz.

  — Es mi casa, creo que te puedo mirar si yo quiero. - Dijo sonriendo de lado.

— Pero soy yo a quien estas viendo, así que largo, me molestas.

  — Esa actitud me encanta, leoncita.  - Dijo para después morderse el labio, cerca del piercing que adornaba su labio inferior.

  — No me digas así, homunculo. 

  — Ya déjala de molestar, Luke, ella no te pone nada de atención. - Me dijo Calum apoyado en los casilleros.

  — No, esa chica no es igual a las demás ¿Sabes cuanto llevo haciéndole coqueteos? y no me a puesto nada de atención.

  — Pero lamento decirte que te la están ganando. - Dijo señalando con la cabeza en dirección a ella, yo voltee a verla, encontrándome con ella... hablando muy de cerca con otro chico. - Se llama Ashton...

  — Vas a ser mía a pesar de todo, leoncita.