III. Will.

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— No puedo creer que te hayas peleado el primer día de clases, joven Godoy. — Me dijo el director mirándome enojado. — Por las reseñas que me dio tu madre y tu hermana, pensé que serias mas maduro.

— Pero usted no entiende, director, él trato mal a una niña de mi curso. — Le dije en defensa.

— ¡Eso es mentira! — Dijo el niño sentado a mi lado, negando lo que estoy seguro que haba hecho.

— Hagan silencio, no quiero que fomenten el desorden en mi oficina.— Nos dijo el director enojado en su puesto, al frente de nosotros, debía de tener unos 45 años, porque habían algunas arrugas en su cara.— Quiero que salgan de mi oficina, sus madres los deben de estar esperando, Godoy, no te daré ningún castigo solo porque eres un estudiante nuevo, pero Tony, tu no podrás salir a descanso el resto de la semana, ¿Les queda claro?— Nos dijo con el ceño fruncido, los dos asentimos para después salir de su oficina con nuestras maletas.

— No creas que te salvaras de esta. Me la vas a pagar caro, Willy Godoy.— Me dijo el chico cuando estuvimos en la puerta del colegio, para después irse en dirección a la que supongo yo, era su madre, yo camine hacia donde estaba mi hermana esperándome.


  [...] 


  — ¿Por que esa cara, Will?. — Le pregunte al pequeño que estaba agarrado de mi mano, con un gesto de preocupación y tristeza al mismo tiempo, aunque yo no estaba muy feliz que digamos tampoco, ya que cuando Ashton y yo nos encontrábamos en esa situación, yo lo había rechazado sin motivo alguno, así que se había ido un poco enojado.

—  Es que...

— Vamos, pequeño; sabes que me puedes contar todo, sin importar que.

— Es que... hoy me peleé con un chico.— Dijo agachando la cabeza, yo frene en seco, provocando que el también se detuviera, ¿Se había peleado el primer día de clases?

— Pero... ¿Por qué?.— Dije un poco trabada, la verdad estaba muy sorprendida, mi hermano no era uno de esos chicos agresivos.

— Porque ese chico le había dicho una mala palabra a una niña que estaba hablando conmigo.— Al escucharlo, en mi rostro se reflejo una pequeña sonrisa de lado, ese si era mi hermano, el no se peleaba por cualquier cosa.

— Tranquilo, si? No paso nada. — Dije dándole un abrazo mientras que lo levantaba y hacia que enrollara sus piernas en mi cintura a lo cual el sonrió.

—  Pero... ¿Y mamá? No creo que ella se lo tome tan bien como tu lo has hecho.— Dijo mirándome a los ojos, mostrando miedo en ellos, esa mirada me causo un dolor en pecho, no me gustaba verlo de esa manera.

— Tu no te preocupes, yo estaré hay para ti.— Dije para darle un beso en la mejilla.

— Por cierto, ¿Por qué no vamos hacia casa?

— Bueno, tengo que hacer algo en el instituto, así que tu me vas a acompañar, te compro algo en la cafetería y te quedas conmigo, te parece?.— Dije caminando cargándolo todavía, este era el momento donde agradecía haber estudiado taekwondo por tres años y medio, porque este pequeño era bastante pesado.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2016 ⏰

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La asistente de Liz || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora