152. SaeJin (Pov. Yun)

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Desde pequeños nos enseñan a temer a la muerte. Nos dicen que nos durmamos rápido, por que sino "el coco" vendrá y nos comerá. Nos enseñan a dormirnos, por que sino "el hada de los dientes" nos matará si la vemos. Nos enseñan a temer, por que es una manera de control. Sometidos bajo el miedo de lo que no podemos controlar. Ni tan si quiera siendo adultos, y es que la muerte es algo que todo ser vivo teme. A no respirar, no amar, no pensar. Al mero echo de acabar bajo tierra, siendo polvo en el mar, o un cuerpo mas en el tanatorio de cualquier universidad. Temer a la muerte es humano. Temer a la muerte te hace sentir vivo. Pero, que sientes cuando ya no le temes a la muerte? Cuando la vida se convierte en algo peor que ello?

Bill me venia a ver todos los días, pero me negaba a verle. A conocerle. Incluso a mirarle. No había nada de bello en su gesto por intentar conocerme, cuando lo hacia por puro egoísmo. Podría haberme hablado antes. Podría haber intentado conocerme. Pero no lo hizo. Jamas. El simplemente era un mero comprador y yo.. yo solo era yo. Sentado en la sala numero 3 esperando a la chica que me inyectaba la quimioterapia.

Había mas gente a mi alrededor. Un anciano al final de la sala leía un libro en ingles. Era extranjero. Había una familia mas al fondo. Dos padres dando ánimos a uno de sus hijos, que ya se le había caído todo el pelo. A mi izquierda había otro chico, de pelo corto seguramente por el servicio militar, que estaba sentado mirando por la ventana. A mi derecha una silla vacía y a continuación una mujer de unos 40 o 50 años leyendo una revista de cotilleos. Suspire con fuerza. Intente reclinarme en la silla, y mis pies cayeron de la pisadera. Intente agacharme para agarrarlos, pero mi flexibilidad era practicamente nula.

Lo peor de todo era tener que hacerme las cosas encima y obligar a una enfermera el que me limpiara cada dos horas. Era denigrante. Patético. Y es que no podía tan si quiera controlar mi vejiga o mis esfínteres. El médico me dijo que era algo que conseguiría dominar, pero lo dudaba. En este estado no podría cuidar de mi mismo, y mucho menos conocer a alguien que lo hiciera por mi. No tenia familia, ni amigos, y el único que intentaba acercarse a mi lo rechazaba de manera inminente. Me negué a vivir así, siendo una carga para la sociedad.

Me deje caer de la silla. Me caí de lado, con la esperanza de darme un golpe en la cabeza y acabar comatoso. Pero caí sobre el regazo del chico con corte militar, y eso paró la caída. La silla se tumbó, y yo me quede tirado en el suelo, simplemente deseando que ojala mi cabeza hubiese estallado contra el para dejar de pensar. De existir. De vivir.

El chico se levantó- aún no estaba pinchado- colocó la silla de ruedas en pie de nuevo y me alzó. Estaba fuerte.

- Estás bien?- me pregunto. Su voz era la de un chico muy joven.

No le conteste. Me limité a mirarle mal, y a colocarme de nuevo en la silla. Agarré las dos ruedas de mis costados para impulsarme. Abriría la puerta, iría hacia unas escaleras y me tiraría. Lo había decidido.

No pude abrir la puerta, era imposible. Esta se abría hacia dentro, por lo cual siempre que la abría esta chocaba contra mis pies y volvía a cerrarse.

- Donde quieres ir?- me pregunto alguien detrás de mi. Volvía a ser el chico que estaba a mi lado.

- Tengo que ir a mear- mentí.

- Creo que llevas pañal, no?

Vergüenza. Lo único que podía sentir era vergüenza y repulsión hacia mi mismo y mi cuerpo. Retrocedí con la silla, clavándole las manillas de la silla en un costado. Este se quejó, pero no dijo mucha cosa más. Volví a mi lugar, cuando la puerta se abrió y entro una enfermera con cuatro bolsas de quimioterapia. Dos para mi, y dos para el chico que se sentaba a mi lado.

- Por que no me dejáis morir?- le pregunte a la enfermera cuando se acuclilló para pincharme- No soy de utilidad para la sociedad.

- Eres un ser humano, y nuestro trabajo es salvar a los seres humanos- contestó- Además, mientras paguen tu tratamiento, tenemos la obligación de curarte.

Dreams Fulfilled (Parte 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora