Carta 22

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En ese mismo instante sentí un agarre en mi muñeca izquierda... Eras tú, me mirabas horrorizado y con lágrimas decías: <<Perdoname por no estar ahí >>
Me tome con la poca fuerza que tenía y subí con dificultad.
<<Solo llévame a casa>> Fue lo que dije y me cargaste en tu espalda, realmente eras fuerte.
Mientras me cargabas en tu espalda dije: <<No se por que te pedi ayuda>> y  contestaste: <<Sería mejor haberte dejado ahí >> sonreiste. <<¿Perdón?>>Pregunte enojada. << Sabes que jamás te dejaría, ¡jamás! y si no llegó estar ahí para ti ojalá alguien este en mi remplazo ¿pero te digo algo? Ese remplazo jamás será igual que yo.
Llegamos a mi casa, no había nadie, mis hermanos todavía no llegaban de la escuela, me miraste a los ojos, preguntabas a cada segundo si estaba bien, me llegabas a enfurecer con tus actos sobreprotectores, pero eso en gran parte ne encantaba.

¿Recuerdas Cuando Solías Amarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora