Comenzaba a amanecer. El sol lastimo los ojos de Godric preguntándose hace cuanto no tenía ojos. Eric y Godric se encaminaron de vuelta al pueblo, cansados, hambrientos y con sus ropas manchadas por la tierra y la sangre, y sin ánimos de nada. Pero tenían que llegar al pueblo, esto apenas estaba empezando.
Cuando ambos llegaron a Ellf se dirigieron inmediatamente a la casa del Viejo Tobias. Sorpresa se llevaron cuando vieron en la entrada a un tumulto de gente alborotada, aspecto que no encajaba con el Cuenta Cuentos. Algo estaba mal. De la puerta de la casa salió el curandero del pueblo, y tras de él dos hombres cargando una caja de madera que pasó frente a Eric y Godric.
- Llegamos a tiempo. Su reloj biológico se detuvo ya-dijo sin quitarle los ojos de encima al ataúd -. Lo hiciste bien muchacho.
Eric se quedó mirando a Godric por un ínstate, como si le intrigara aun algo de él.
Mientras se alejaban de la casa del fallecido Cuenta Cuentista, Eric pregunto a Godric.
- ¿Puedo preguntarte algo?
- Dime.
- ¿De verdad besaste a la bruja? - pregunto fijando sus ojos en él.
Godric se detuvo mirándolo a los ojos y soltó una gran carcajada.
- ¡Estás Loco! Si lo hubiera hecho, no estaría vivo ahora, eso es algo que el viejo invento para ocultar la verdad de la secta.
- ¿Entonces? - pregunto el pequeño - ¿Cuál es la verdad?
- Ella sabía desde un principio que yo llegaría. La marca me delato, y yo realmente no conocía su identidad. Mas es mentira que se enamoró de mí...¿Enserio creíste que la bese? - Eric se encogió de hombros -. Vamos Eric, que este solo es el comienzo.
Godric le dio un zape a Eric, y juntos caminaron con dirección al horizonte.
Esto fue solo el principio de la Historia Real que ahora me toca contar a mí.