Infinitos

62 3 2
                                    

Por fin es el cumple de Lucia!
Si te soy sincera estos días se me han hecho eternos, realmente eternos. Solamente tenía en la cabeza el poder verlos a todos de nuevo.
Pero por fin, hoy ha llegado el día. Hoy vienen Alba, Laia y Alex.
Madre mía, ¿Estoy preparada para verlo de nuevo? Empiezo a marearme sólo de pensarlo.
Aveces pienso lo que pasaría si se enterara... ¿Volvería a dirigirme la palabra? ¿Se perdería nuestra relación?
Descarto los pensamientos negativos al momento. Cálmate joder. Eso no pasará.

Vuelvo a mirar por la carretera.
Estoy yendo a la Pobla para recogerlos, y quedaran tan sólo unos minutos para llegar. Inmediatamente les envío un mensaje, ya que voy a llegar unos diez minutos antes de lo previsto.
-Chicos, en cinco minutos llego.
-Ya? Si aún quedan diez minutos! - dice Alex. - Yo aún me tengo que duchar!
-Aún?! Venga rápido!
-Yo en nada salgo de casa. -dice Alba.
-Y Laia? No le llegan los mensajes, y en nada habré llegado.
-Ahora la llamo.
-Vale, muchas gracias Alba.

A los pocos minutos veo a una chica venir. Pero no la veo bien. Me parece ver a Alba, pero finalmente caigo en qué es Laia. Uau, se ha cortado el pelo, y le sienta muy bien. Está realmente guapísima, lleva el pelo casi rapado por una parte, y por la otra largo.
Por qué tiene esta chica el don de que le quede todo bien?!
La saludo, y entablamos conversación, pero no tardan ni dos minutos en llegar Alex y Alba.
Los veo, y abrazo fuertemente a Alba mientras les invito a los tres a pasar dentro del coche. Una vez dentro Alex dice:
-Aria! Se me ha olvidado en casa el libro que te tenía que dejar, lo siento...
-No pasa nada, da igual. Otro dia. - digo animada. Realmente él no se imagina que el mejor regalo que podría tener es su presencia.
-Que nooo! Que es broma! Aquí tienes. - y alarga la mano para entregarme el libro. Es pequeño, tendrá unas doscientas páginas y huele a él...
-Ohhh, muchas gracias! - digo sin poder evitar esbozar una enorne sonrisa en mi cara.
Y sin darnos cuenta hemos llegado.

La tarde pasa muy deprisa, de nuevo...
Después de haber comido, y de que Juan y Alex hicieran un pulso (ayyy, hombres), nos dirigimos al parque Ausias March. Siempre vamos a la parte trasera del parque. Ya que detrás de la piscina, hay como una superfície apartada del resto, y solemos ir todas las noches a ver las estrellas. Y siempre nos preguntamos, si al otro lado del mundo habrá otro grupo de amigos pensando lo mismo... Aunque suene cursi, és realmente hermoso.

Al llegar, me quedo apartada en una esquina, pensando... pero de repente aparece Alex y se coloca a mi lado.
-Sabes? Yo creo que Lucia y Fernando terminarán juntos...
-Pues probablemente... Harían muy buena pareja.
Cabe recalcar que ellos dos salieron juntos. En principio Fernando estaba realmente enamorado de ella, pero Lucia no sentía lo mismo.
Poco después empezaron a hablar por whatsapp y Fernando se lo confesó todo. Le decía cosas muy bonitas, así que ella terminó cediendo. Lucia terminó enamorándose profundamente, y el poco a poco dejó de quererla.
Hoy en día ella aún lo quiere.
Hay que ver como son las cosas...

Empezamos a hablar de nosotros mismos. Pero de repente Alex me mira a los ojos y dice:
- Y en ese momento juro que éramos infinitos.
Me deja completamente helada, y se me escapa una inevitable y estupida sonrisa. Y me quedo pensando en todo. Pero pronto vuelvo a la realidad: esa frase es del libro que me ha dejado. Necesito leérmelo ya.

El momento no tarda en verse interrumpido por el grupo de matones del pueblo. Aunque esta vez van acompanyados. Serán unos veinte... Mierda. Tenia que pasar justamente hoy?
Intentamos irnos lo más rápido posible del lugar. Teniendo en cuenta que estoy lesionada y no puedo ir muy deprisa. Nos vamos del parque, pero empiezan a perseguirnos.
De repente el pánico me ataca. ¿Que voy a hacer? No puedo correr...
Debo decirlo en voz alta, por que Alex me dice:
-Venga súbete a caballito.
-¿Estás loco? ¿Como voy a subir?
-Sube ya!
Doy un salto y me subo a su espalda. Me recorre miedo, pero a la vez esa dichosa electricidad que siento cuando me toca.
Inmediatamente empiezan todos a correr. En llegar unas calles más abajo le digo que me suelte, y seguimos el camino caminando rápido.
Ya no nos siguen, o eso parece...
Mis amigos empiezan a discutir:
-Joder! Llevan haciéndonos la vida imposible desde la guardería... ¡¿Ya es hora de que paren no?! - dice Marcos realmente nervioso.
-Lo que hay que hacer es meterle una paliza a todos! - grita Juan.

Mi respiración empieza a acelerarse de forma muy brusca, y empieza a faltarme el aire... Un ataque de ansiedad ahora no porfavor...
Pero ya és tarde.
Antes de que empeore la situación decido irme al parque más cercano. Necesito estar sola. Empiezan a brotarme lágrimas de los ojos, y mi respiración sigue acelerando. Oigo pasos.
-Ahora no porfavor, dejadme en paz... - digo con un hilo de voz.
Pero esa persona empieza a correr y cuando me alcanza me abraza fuerte. Oh dios mío es Alex, no puede ser otro...
-Tranquila. Todo estará bien. - dice mientras me vuelve a abrazar.
En sus brazos me siento tan segura...
En un arrebato de confianza, me cuenta su experiencia, su vida. Y empieza a llorar él también.
Nuestra imagen abrazados y llorando a la vez, es triste, muy triste. Estamos un buen rato solos, hasta que llegan los demás.
-Nos tenemos que ir ya.

Los acompanyamos hasta el coche. Y nos despedimos todos con un abrazo.
Pero llega Alex, y me abraza de nuevo, mientras en un susurro dice:
-No me había fijado, eres más bajita de lo que parece.
Una enorme sonrisa se dibuja en mi cara. Y se van, de nuevo...
Me despido de mis amigos, y me voy rapidamente a mi casa. Demasiadas emociones juntas.
Y empiezo a leer su libro: Capítulo uno...

Después de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora