[Mericcup] Dos simples amantes

CAPÍTULO 7

Han pasado tres semanas, y por fin nos mudamos a mi nuevo departamento. no es tan grande como la casa de Valka, pero sin duda es muy acogedor, y hay el suficiente espacio para cada uno de nosotros (incluyendo a Mérida). Todas las habitaciones, en las cuales, cada una cuenta con un balcón (algunos más grandes que otros)y con un baño, se encuentran en la parte de arriba, mientras que abajo esta una cocina pequeña, la cual esta conectada con el comedor y a su lado, esta la sala con una ventana tan grande, que permite ver una gran parte de la ciudad. Sin duda, el departamento tenía un estilo moderno, pero simple a la vez.

Todo se encontraban desempacando sus cosas, y guardándolas donde debería ser, Jack me había dicho que el se iba a encargar de la empresa durante unos días, así que yo podría descarnar sin ninguna preocupación.

-Señor Handdock, ¿Dónde puedo poner sus cosas?- me llamo Mérida, por alguna extraña razón, siempre me a gustado su voz

-Damelas, yo las acomodo en mi habitación- me entrego las cajas- pero no me llames "Señor", me haces sentir viejo

- ¿Entonces como debería llamarlo?

-Simplemente Hiccup, pero sin el "usted"- se me quedo mirando con algo de rareza, como si tuviera algo en la cara- ¿Pasa algo?

-Nada en realidad- negó varias veces con la cabeza- Por cierto, Hedy me pidió que te preguntara si ¿podrían ir al cine esta tarde?

-Hablare con ella más al rato, ¿tu quieres ir?- sinceramente me daba igual la presencia de Mérida, incluso creó que su compañía iba a ser de nas agrado para mis hijos, que para mi.

- No gracias, creo que sería mejor que ustedes pasaran mas tiempo juntos, es decir, son como desconocidos viviendo en la misma casa.

- ¿Disculpa?, ¡¿acaso tratas de enseñarme al como  cuidar de mis propios hijos?!

-No, claro que no - se sobresalto-  Solo que noto que no pasan tiempo juntos, y ni siquiera se conocen, ¿Acaso tu sabías que Adrián quiere ser bailarín?

- No, la verdad no- Era tan sorprendente. Ella tenía razón, no conozco nada ha cerca de mis hijos, muy apenas y me se sus nombres. Me siento un fracasado.

Deje las cajas en el piso, y cuando me reincorpore, vi que Mérida estaba apunto de irse, pero la tome del brazo y la gire hacia mi.

-Ehh... Mérida, te debo una disculpa- la solté, pero ella me seguía mirando extraño - Sobre lo que paso hace unos meses, después de la partida de Astrid...-

-No fue nada, creo que todos estamos dispuestos a hacer tonterías con tal de olvidar a esa persona que amamos durante tantos años- su rostro no expresaba ningún sentimiento, pero en sus ojos se veía el dolor, como sí ella hubiera perdido a la gema mas valiosa. Si no fuera por que han pasado muchos años, diría que ella es Mérida Dunbroch, mi primer amor, y la chica a la que rompí en corazón.

(...)

Estaba acomodando mi ropa en los cajones, pero al doblar mi pantalón se callo una tarjeta. La levante y vi el contenido:

Elsa Arendalle
          Tel. 382-383-28-39.