[Mericcup] Dos simples amantes

CAPÍTULO 8

Me levante a duras penas de la cama gracias al ruido que estaban haciendo los niños. Mire el reloj y eran las 7:30am, una hora en la que todo niño normal está dormido. Me dirigí a la cocina, pues ahí se encontraban todos. Mérida había preparado Waffles, y los niños estaban comiendo.

-Buenos días- les dije a todos mientras tomaba asiento al lado de Adrián en la pequeña mesa redonda de la cocina.

- Buenos días - Me respondió Mérida sirviéndome un plato con cinco Waffles bañados en miel y crema batida.

- ¿Porque cocinas Mérida?- Pregunte con gracia- Eres niñera, no sirvienta o algo así.

- Lo hago con gusto. Es divertido- dijo mientras se sentaba con nosotros- Además de que no lo hice sola- Compartió una mirada cómplice con los niños. Todos reímos un rato.

- ¿Y porque estamos comiendo en la cocina y no en el comedor? ¿Saben cuento dinero costo esa cosa para no utilizarla como Dios manda? - Todos empezaron a reír por mi comentario.

- Es que es muy frío papi- mencionó Hedy- y al estar aquí nos sentimos más en familia,  como las que aparecen en la televisión.

El ambiente se puso muy tenso, Mérida y yo nos mirábamos como si uno de los dos debiera de cambiar el tema, era como si por fin estuviéramos de acuerdo en algo (y vaya que lo estábamos), sólo que era más por que Adrián, el cual sólo bajo la mirada, pues se entero de lo que realmente paso con su madre unos días antes de mudarnos gracias a una discusión que tuve con Valka.

Gracias al cielo, Hedy propuso ir al cine (por enésima vez), pero esta vez accedí. Ella y Adrián se fueron a cambiar, mientras que seguía terminando mis Waffles. Mérida de igual manera estaba comiendo los suyos, pero dialogaba conmigo, y eso me agrado, pues lo hacia con mucha calma y naturalidad, era como si ya la conociera de toda la vida; ella hacia de cualquier tema interesante, y eso que era la primera vez que dialogaba con ella sin que se tratara de algún problema de la casa o de los niños.

Ella no quería ir al cine, ya que creía que debía de ser un momento en familia, pero al final acepto.

Levanté mi plato y de igual forma que los niños me fui a cambiar a mi habitación. Sólo me puse una chaqueta de cuero arriba de la playera gris con la que había dormido, y unos pantalones negros, tome la cartera y llame por última vez a Jack, sólo para ver si todo estaba bien, al parecer ya me había acostumbrado a estar encerrado en ese edificio.

Salí de la habitación y vi a Adrián sentado el el sofá, tenía puesta una camiseta de cuadros desabrochada, que permitía ver  una playera blanca con el estampado de "Fuck You" en el centro, unos pantalones negros, y  ese maldito gorro que cubría todo su cabello a excepción de su flequillo, el cual cada vez era más largo. En ocasiones tengo la idea de que si se quitara ese gorro, lo confundirían con una niñita.

-Linda camiseta- Le dije mientras me sentaba a su lado.

Adrián no había pronunciado una sola palabra en todo este tiempo, si acaso unas cuantas frases y eso me preocupaba, pues se que es difícil para el ya que se trata de su madre, y lo peor es que no puedo hacer nada al respecto, ya que nada se compara con el amor de una madre.

- No quieras hacerte el amable conmigo- Me respondió fríamente- ¿Porqué nos mentiste de algo tan serio?

-Era lo mejor para ustedes

-Habla por ti mismo viejo

Justo cuando iba a contestar aparecieron Mérida y Hedy listas para irnos. Adrián y yo nos levantamos al mismo tiempo para salir, sólo que, nosotros nos quedamos un rato viéndonos mientras que Mérida y Hedy se adelantaban.

-Lo siendo Adrián, se que esto es difícil pero haré todo lo que sea para ayudarte - me agache para quedar a su altura sin dejar de mirarlo.

-Me da igual, ¿Sabes?- Dijo con más calma- tal vez mamá no nos quería realmente, y no me interesa, pues así como no soy un buen hijo, ella jamás fue una buena madre. Sólo tratemos de superarla como madre y como esposa.

-De acuerdo, y créeme que eres un gran hijo, y estoy muy orgulloso de ti- Lo abracé.

-Te quiero... Papá

-Yo a ti