Sweet and Dangerous Sin- Larry Stylinson

Capitulo IV

Louis sonrió y se giró sobre sus talones para después caminar en sentido contrario a donde ellos estaban.

El de ojos azules tenía un nudo en la garganta. El cielo trono y seguido de eso comenzó a llover con gran fuerza.

Louis caminaba bajo la lluvia, al menos eso le ayudaba a ocultar su llanto, no sabía a donde iba solamente necesitaba alejarse de ese sitio. Olvidarse de todo. Necesitaba una salida rápida antes de perder la cordura y hacer cosas de las cuales después se arrepentiría.

Después de algunos segundos de darle vueltas al asunto, Louis sabia a donde tenía que ir. El castaño camino hasta donde se había quedado el auto estacionado, sin decir nada abrió la puerta y entro tomando por sorpresa a su chofer que parecía nervioso.

—Vamos a Unicorn Paradise—dijo Louis con una voz firme.

—Lo siento joven. Debo llevarlo con su padre—menciono—Me ha llamado más de seis veces en estos diez minutos que se fue.

—¿Quieres perder tu trabajo? —pregunto Louis mirándolo fijamente—Llévame a donde yo te estoy indicado. ¿Comprendes? No me importa si mi padre dice que debes llevarme a esa maldita cena, YO te estoy ordenando algo y debes obedecer.

—Si no lo llevo perderé mi trabajo.

—Si no me llevas a donde te digo perderás más que un simple trabajo—suspiro—Ahora vámonos.

El hombre trago saliva y puso en marcha el auto siendo consciente de que se metería en un gran problema, pero ese chico se veía muy seguro en lo que decía, el hombre solamente siguió su instinto.

Louis secaba sus lágrimas constantemente mientras mantenía la mirada hacia enfrente. Estaba cansado de toda esa mierda, del amor infinito que le tenía a Harry y las miserias que recibía, de darlo todo por absolutamente nada, de llorar noche tras noche la ausencia del rizado para que este estuviera en los brazos de otro.

¿Por qué tenían que ser así las cosas? Se preguntaba Louis una y otra vez. ¿Tan horrible era amarlo? ¿Tan difícil? ¿Qué era lo que tenía que hacer para lograr que Harry se enamorara de él? Había hecho hasta lo imposible, inclusive mato por amor, pero eso no era suficiente para el mayor ¿Entonces qué es lo que quería?

Louis le daba vueltas al asunto intentando encontrar la respuesta a sus problemas, pero simplemente no lograba entender que es lo que debía hacer para así tener a Harry por completo.

Una hora después el auto negro lujoso aparco justo enfrente de aquel centro nocturno que llevaba alugunos minutos abierto, un sitio perfectamente bien ubicado en las mejores zonas de New York, un antro con uno de los mejores ambientes. Perfecto para la diversión y los niños ricos que necesitaban gastar su dinero en bebidas carísimas para después terminar vomitando en alguna esquina.

—Espérame aquí—menciono Louis bajándose del auto y mirando fijamente aquel local.

El castaño cruzo la calle mirando a ambos lados, algunos chicos pagaban su entrada y el cadenero los dejaba pasar sin ningún problema, era una buena hora, el lugar no se encontraba lleno y podia entrar sin ningún problema.

Louis observo las tarifas y busco en sus bolcillos algo de dinero, pero su cartera estaba mojada, el castaño soltó un gruñido.

—¿Problemas? —pregunto el hombre mirándolo fijamente.

—Mi dinero se mojó—suspiro y rodo los ojos—¿Disculpa se encuentra él? —elevo una ceja tragando saliva.

—¿Quién lo busca?