Abandonados en la nada

Capítulo X:Todo se vuelve negro

Ya eran las 11 de la noche... Bueno, no sé que digo si ni siquiera tengo reloj.
Aquí nos guiamos por el brillo de la luz y vamos deduciendo si es de día o de noche.
Me despierta un grito desesperado y afónico de haber gritado mucho tiempo, pero cuando salgo  hacia fuera lo que me encuentro es mucho peor.
Alan está desolado llorando con el cuerpo de Katia en brazos.
Llamé a Alba corriendo y se quedó estupefacta. No daba crédito a lo que veían sus ojos.
Otra persona más había muerto.
Cada vez éramos menos. Es como en una ruleta, el mundo sigue girando hasta que a alguien le toca la quiebra.
Le pregunté a Alan que si sabe lo que le pudo haber pasado, pero no tiene ni idea.
-Yo me la encontré cerca de la selva junto a las rocas, iba a coger arándanos cuando de pronto se me aparece Katia-explica hinpando.
Alba lo intenta consolar pero no da resultado.
Cojo del brazo a Alan y me lo llevo a la cabaña y le ofrezco agua en una vasija de madera. Bebe y me pregunta que si puedo dejarlo solo en nuestra cabaña.
Nosotras nos vamos y buscamos ayuda para cavar un hoyo para enterrar a la pobre.
Marcos, que estaba creando una mini barca nos dice que lo llevemos al sitio.
Escogemos una zona poco transitada por nosotros y bastante alejada.
Después de dos horas cavando con palos afilados conseguimos hacer un hoyo con una profundidad bastante grande como para que quepa Katia.
Cada uno se va para su cabaña pero antes Marcos me da un beso y me dice lo mucho que me quiere.
Me despido de él y me voy con Alba.
Antes de irme a dormir me entra un ataque de tos. Como no tenemos medicinas pues me tengo que aguantar, además con el calor que hace....
Ya es de día, despierto a Alba, hasta que me doy cuenta de que Alba no responde.
Está ardiendo.
Esto es un sueño, seguro que sí....