¡Declaración!

600 50 122
                                    

Al día siguiente, lo primero en tu agenda fue examinar que nada raro estaba cerca de tu hogar, así que alegremente con el resultado de no haber sido seguida a casa, bajaste a desayunar. Pues tenías como media hora para poder llegar a Nami-chu y teniendo en cuenta que está a diez minuto de casa.


No te importaba en absoluto.


Al abrir la nevera... notaste algo peculiar. Frunciste el ceño por eso, ¿Porqué?, había sido tu pregunta al instante que habías percibido cuan vacía estaba el refrigerador. Un escalofrío te recorrió de pies a cabeza al momento en que caíste en cuenta...


ESTABAS SOLA.


¡¡¡Completamente SOLA!!!


Nerviosamente miraste a los lados, habías -con mucho esfuerzo- lograr estirar la poca comida que lograste conseguir con tus ahorros cuando no hubo más que manzanas para comer... desde que tus padres desaparecieron.


—Serán ideas tuya... ellos regresaran (T/N), no estas sola, seguro se fueron de viaje otra vez sin ti y volverán a final de mes o cuando se acaben sus vacaciones —te dijiste regresando a tu cuarto para tomar una ducha.


Pero aun tenías dudas. ¿Y si tus padres no volvían? Si, tú madre era un poco borracha y no era el ejemplar madre del año o de algo así, pero era tu madre. O tú padre tal vez no seria el mejor de todos, pero también era tú padre. Estabas muy preocupada por ellos. Un miedo aterrador abrumo tu pecho, no... tú padres tampoco eran lo único que habían desparecido...¿Y si... no aparecía tu diario? ¿Y si... y si no era coincidencia alguna?


—Espero que no... es peligroso que lo haya perdido ya... sería horriblemente peligroso que ellos lo tengan.


No te gustaba nada.


De hecho, te encontraba acojonada por el simple motivo de no haber encontrado ya tu diario. ¡Era horrible! Al uniformarte para ir aNami-chu, y antes de salir de tu casa, te aseguraste que nadie estaba cerca... como esos raritos... así que rápidamente te alejaste muy alerta a cualquier cambio que pudieras encontrar.


Estos días no eran mucho tus días de suerte.


Así que trataste de llegar lo más tarde posible al instituto, cuando habían más estudiantes alrededor, osea siete minutos antes de la entrada a clases. Caminabas vigilante, joder si, habías sido perseguida, casi asesina, enviada a un lugar raro por un bazuca, perseguida y casi asesina en ese lugar, asechada... y un sin fin de otras acciones que te daban dolor de cabeza tan solo de recordarlas.


Evaluando a tu alrededor, no pasate por alto que en la entrada de Nami-chu, había un chico de otra escuela, con uniforme blanco y azul, que al verte se sonrojo a más no poder. Miraste a los lados cuando él se acercaba a ti. ¿Enserió era por ti que estaba así?


Eso... no era bueno... ¿Verdad?


—¡Buenos días, (T/A) sempai!


Sabía tú nombre. De hecho... ¿Sempai? ¿Era menor que tú? Sorprendente.


Secetros - HibarixTúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora