Consecuencia

680 56 129
                                    

Capítulo. Consecuencia.


..... ¿Se puede decir que todo se fue al carajo en esos momentos? ...... 


Si bueno... no era una celebre pregunta para lo que estaba pasando ahora mismo.


Una tonfa... dejo inconsciente al pobre chico... pero... tú estabas atrapada.


—Herbívora.


—Yo... ¿Puedo explicarlo? —interrogaste sin girarte.


Sentiste el estremecedor gruñido y fuiste tirada de los cabellos para incorporarte, te ibas a quejar. IBAS. Pero tu boca fue tomada por otra al mismo tiempo que te inmovilizaban contra la pared, era posesión pura y llana.


Tu mente se fue a quién sabe donde, porqué lo único que sabías que hacías era responder tanto como bien podías aquel voraz beso... DE Hibari Kyoya. ¡ÉL Hibari Kyoya! ¿Entonces lo de antes no había sido tu loca imaginación? Gemiste un poco ante el dolor de sentir como tu labio inferior su mordido.


—Tks... te enseñare a seguir ordenes.


Te aturdiste por unos segundos cuando fuiste tirada sobre el hombro del Terror, pero después de comprender como te sostenía te avergonzaste demasiado... especialmente porqué tenía una mano con descaro sobre tu trasero... ¡Y te estaba llevando algún lugar! La campana del comienzo de la siguiente clase se escuchó. ¿Pero dijiste algo?


Calladita estabas mejor.


Tú último vistazo -por segunda vez- hacía aquel chico de Sumeiyo, fue algo fugaz. Pues no había nadie junto a él... y estaba tirado en el suelo con una futura conmoción cerebral y un posible chichón para varios días... justo en medio de toda su pequeña frente. ¿Qué como logro Hibari atinarle al centro?... ni querías saberlo, ni experimentarlo. ¡No señor!


Reconociste el pasillo cuando termino de subir las escalera y giro a la izquierda. Iban al Consejo Disciplinario. El azote te la puerta dejo en claro una cosa... no se permitían interrupciones, aun sobre el hombro del Terror, notaste que cerró, pestillo, aseguro y cubrió cada ventana, y la puerta fue bloqueada por una silla.


Curiosamente que antes nunca estuvo cerca de la misma, pero que ahora si. ¿Curioso, no?


—Maldita herbívora —caíste sobre tu trasero en el sofá—... tú... por  ti esos herbívoros lo saben.


Mejor no preguntar.


—E-Etto...Hibari san... Tengo que...—fuiste tomada del cuello de la camisa y tirada para quedar tendida sobre el mueble.


¿Eso era maltrato? ¡Esperabas que esté imb....


—Tú eres mía (T/N)... y nadie más debe gustarte —tus manos fueron prisioneras de las suyas y estiradas sobre tu cabeza.


Secetros - HibarixTúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora