Mí Herbívora

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Capítulo. MÍ herbívora.


Me desperté un poco molestó al sentir el espació vacío y frío a mi lado. Esa herbívora se volvió a levantar dejándome solo. La morderé hasta la muerte por eso. Me levanté cubriéndome con el Yukata doblado que me dejo en el sillón de la esquina. No importaba cuantas cosas le haga. Esa herbívora me desobedece en todo. Tenía realmente que castigarla... aunque creo que debo buscar una mejor manera.


Últimamente está muy... pervertida.


Bueno que importa. Es solo mía, y solo yo puedo verla así.


—Herbívora —la llame entrando a la cocina. Pensé que al menos estaría ahí como siempre cuando me deja solo.


Maldije por eso. ¿Dónde se metió ahora?


La herbívora tiene dos mese viviendo conmigo. Aunque claro. Para convencerla tuve que amenazarla con morderla hasta la muerte. Literal. Esa herbívora es demasiado terca, desde que tiene el derecho de hablarme -en parte- como quiere, ha estado desobedeciendo y protestando en todo. Pero me importa poco lo que quiera. Es mía y debe saberlo. Sin embargo... ambos sabemos porqué insistía en que se mudara y porque ella se negaba.


Sus padres nunca regresaron.


Gruñí amargado, esos herbívoros no debían ser llamados padres, dejarla sola, sin ingresos, sin algún medio de contactos. Ni muertos ni secuestrados estaban, una vez que noté la soledad de esa herbívora, investigue sobre su familia, ellos simplemente desaparecieron. Puf. Hasta ahora seguimos buscando... o al menos respuestas de su partida, se que la herbívora está aun en negación por haber perdido a sus padres.


Pero yo no permitiré que se derrumbe.


Vi la hora del reloj en la pared y bufé. Namimori ya habían comenzado las clases. Me aliste saliendo con el ceño fruncido. Siempre le digo a la herbívora que debe irse conmigo, pero siempre se adelanta marchándose aprovechando que me quedó dormido. Hoy todos los herbívoros comenzaban clases en la universidad. A excepto del pequeño herbívoro y sus perros herbívoros que comienzan el último año de Segundaría Superior.


La herbívora... esa tonta era un genio con un CI* mayor a doscientos, lo noté durante las tutorías que le impartía cuando comenzó nuestra relación. Y si ella creía que iba a dejar pasar la oportunidad para saltarla de curso... es realmente una tonta.


Al final, gane. Como siempre.


Me duche rápidamente, a pesar de haber pasado seis años desde que entró en mi vida, no me arrepiento de nada. La herbívora cuando se enteró que pertenezco a la Mafia se burlo diciendo que me quedaba bien, tuve que castigarla después por eso. Y según el bebé, esa fue una reacción positiva, por que significaba que aceptaba el hecho de que era mafioso. Pero esa herbívora siempre era ingeniosa.


Aun así, aun me desconciertan sus palabras.—A mi no me importa a lo que se dedique Kyo Chan. Mientras siga siendo él, soy feliz.

Secetros - HibarixTúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora