OMAKE 1

520 55 20
                                    

OMAKE. Al cuidado de Mukuro Rokudo.


Era extraño que Hibari no estuviera dormido contigo. Pero después de lo sucedido hace unas semanas atrás, agradecías que no estuviera. Sonreíste divertida, tal vez no era mala idea vivir con el demonio de Namimori. Después de haber desayunado, volviste a la cama. Ese día te habías levantado realmente mal, ¿Cómo era posible? Simple.


Por culpa de Mukuro Rokudo.


El muy idiota había estado fastidiándote la tarde anterior, tanto, que no soportaste más y te fuiste a casa caminando bajo la lluvia. Pensaste que no tomarías un resfriado... porqué bueno, casi nunca te enfermabas... pero ahora tu cuerpo estaba cansado, caliente y dolido. Dormiste al menos por algunas horas más. Hasta que sentiste la molesta risa del ilusionista.


Y no había sdo tu imaginación.


—Sabes...si Hibari te ve aquí. Te matara —dijiste sentándote como podías. Pero al parecer el ilusionista no le importo ver que hacías unesfuerzo por incorporarte, no te ayudo.


—Kufufufufufu~ pequeña Alondra, me estaba pregunta por tu falta el día de hoy. ¿Acaso Alondra Kun te dejo sin caminar? —te sonrojaste no solo por la fiebre, sino también por sus palabras... ya que hicieron recordarlo que había pasado antes que tu Carnívoro se marchara a una misión de Vongola por orden del Décimo— kufufufufu~ pequeña Alondra te has sonrojado mucho kufufufufufu~


—¡Callate! —le gritaste con molestia— Tks...


—Kufufufufu~ te vez muy mal pequeña Alondra —te dijo acercándose a ti. Lo miraste fijamente hasta que toco tu frente— tienes fiebre.


—Siento tenerla, largo de mi casa —replicaste señalando la salida— ¡Y vete de la recamara!


—Kufufufufufu~ no es bueno dejar a una mujer enferma y sola en casa. Ya sé. Avisaré a Alondra Kun para que te...


—¡No! Kyo tan no debe saberlo, Mukuro por favor... solo es un poco de fiebre nada más, ya se me pasará—el sonrió divertido y te tomo en brazos— ¡¿Qué crees que haces?!


—Si no quieres que te cuide Alondra Kun, te llevaré al hospital.


—¡Los odio, no iré! —replicaste removiéndote entre sus brazos—¡Bájame!


—Kufufufufufu~ no, será divertido cuando te lleve al hospital kufufufufu~


—¡T-Te o-odio! —murmuraste apoyando tu cabeza sobre su hombro.


Mukuro frunció el ceño un poco, era mal momento para que la Alondra estuviera fuera mordiendo hasta la muerte a los enemigos que intentaron destruir la escuela y secuestrar a la pequeña Alondra cuando ayudaba al pequeño mafioso a planear la fiesta sorpresa para el cumpleaños -ni-idea-cuantos- del chibi diablo que tenía como tutor, porqué ella se había auto proclamado la tutora del Hitman.


Hablando de la chica.


Su fiebre aun no bajaba, así que llegó lo más rápido que pudo al hospital. Los doctores al verlo rápidamente se la quitaron de los brazos y la hospitalizaron, ¿Cómo pudo enfermarse tan feo en menosde un día, esa pequeña Alondra? Por suerte y Alondra kun no podía morder hasta la muerte el clima.

Secetros - HibarixTúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora