Jiall Shots (HOT)

5. Nerd (Parte 2)

Justin no podía concentrarse en su clase, aún pensaba en lo que había sucedido con Niall hace unas semanas atrás, desde entonces no lo había visto, parecía que había desaparecido, aunque sabia que aun seguía asistiendo a la escuela debido a los desastres que dejaba a su paso, lo ultimo que había hecho era explotar un bote de pintura negro en él club de lectura... Con los integrantes dentro, quedaron tanto sordos como pintados. Y aunque antes le habría molestado demasiado y hubiera expresado lo idiota que era Horan en voz alta, esta vez cuando vio él desastre ocurrido, soltó una pequeña risita nerviosa, le había parecido gracioso, algo que sus compañeros notaron con sorpresa. Parecía que ahora las idioteces le parecían hilarantes, algo que inclusive él se dio cuenta, y le preocupaba, así que intento concentrarse en su clase y en su aburrido profesor, pero era imposible, aquel rubio de preciosos ojos azules pasaba por su mente, con su ropa oscura y sus cadenas, y un delineado perfecto que hacia resaltar sus ojos. Tomo su lápiz y comenzó a dibujar a su príncipe oscuro, recordando cada detalle de su cuerpo ardiente, sus labios recorriendo su cuello, se ponía duro de tan solo recordarlo, cada noche se tocaba pensando en ese momento, cosa que prácticamente nunca hacia, y cuando estaba terminando su dibujo, un sonido lo saco de sus pensamientos y miro hacia la puerta que estaban tocando, él profesor dejo pasar al que había perturbado su sueño y una cara de sorpresa se manifestó en su rostro cuando vio que era Niall él que había tocado.

-Profesor, ¿le permite a Bieber retirarse?- su voz sonaba angelical.

-¿Porqué motivos señor Horan?- él profesor bajo sus gafas y lo miro con sospechas.

-Su madre vino por él y el director me mando a recogerlo-

-¿Eso es cierto Justin?-

Él maestro miro al castaño y este seguía en estado de shock, así que contesto lo primero que se le vino a la mente

-Si-si, me siento mal y le marque para que viniera por mi- tartamudeando y sudando, rogó por que él maestro le creyera.

-Esta bien joven Niall, puede llevarse al señor Bieber-

Él rubio sonrió y él castaño guardo sus cosas a la velocidad de la luz, saliendo con una sonrisa muy grande, inclusive él profesor le dijo que se mejorara, salieron ambos y al cerrar la puerta él mayor lo tomo del cuello de la camisa y lo recargo contra la pared.

-Hoy terminaremos lo que dejamos pendiente cuatro ojos-

Planto un beso salvaje en su cuello, dejándolo rojo y lo jalo hacia una dirección desconocida, Justin se sentía nervioso pero a la vez feliz, por fin estaría completamente con él, demostrándole su amor entregándole lo que había guardado por tanto tiempo, solo para él. Siguieron caminando hasta llegar a un edificio que prácticamente solo se usaba en las mañanas, así que en las tardes estaba prácticamente abandonado, vio a los subordinados de Niall vigilando él perímetro y se asusto porque quizás hoy no harían lo que él pensaba, él rubio se acerco a uno de ellos e intercambiaron unas palabras inaudibles para él castaño y subieron las escaleras hacia él ultimo salón, él que estaba al fondo, él mayor abrió lentamente la puerta y dejo entrar a Justin primero, cerrando la puerta tras de él.

-Ni-Niall que hacem-

No pudo terminar la frase en cuanto sintió sus labios moverse al ritmo de los de Horan, no dudo ni un segundo y siguió él juego, sintió las manos del otro en su pecho, masajeandolo, y de repente en un movimiento rápido y brusco, rompió la camisa del menor dejando ver su cuerpo de ángel y él pequeño tatto que tenia, y con una mirada que se lo comía vivo, comenzó a devorar ese cuerpo con fiereza, tomando sus pezones de prisioneros y apretando sus nalgas, haciendo gemir al pobre chico de lentes, que con los salvajes movimientos de su amante ya tenia una marcada erección en sus pantalones, sus piernas se entrelazaron en su cadera y él rubio lo levantó con fuerza, llevándolo hasta la ultima mesa del fondo, depositándolo ahí sin dejar de besar sus labios y cuello, le quito la playera a Niall y le planto un gran chupetón en sus clavículas, dejando al rubio impresionado por él atrevimiento del pequeño, sonriendo de lado.