Louis se retiró de la habitación, dejando solos a madre e hijo dentro de las cuatro paredes. Éso sí, no pudo evitar seguir observando unos minutos con dulzura la adoración que reflejaban los ojos de Harry al ver a su madre.
Y tal vez, simplemente tal vez, en el fondo de su corazón estaba seguro que deseaba que algún día también lo mirase así a él.
Harry no podía ocultar la felicidad que sentía al tener a su madre preocupada por él. Y no es que alguna vez ella descuido a su hijo, sino que después de separarse de Des, el padre de Harry, ella reconstruyó completamente su vida. Harry, al ser inseguro, siempre había tenido un poco de miedo de que su madre se olvide de él, y el ver de repente frente sus ojos como ella se volvía una importante empresaria en el mundo del marketing y cómo ella estaba abierta a nuevas posibilidades de otras relaciones, asustó más al pequeño rizado.
Igualmente, no fue tan malo que el rizado sea tan miedoso con éso de perder a su madre, ya que aprendió a apreciar las pequeñas cosas que ella -o cualquier persona- hacía por él.
Su mami estaba ahí con él, sin importar todo el trabajo que tendría después. Estaba con él. No le importaba los futuros reclamos que traería Joe, su actual esposo, por no estar con él.
Ésas pequeñas cosas eran grandes a sus ojos.
Ella estaba a su lado, acompañandolo, sin importar el después. Entonces... ¿Por qué le mentía a una de las únicas personas que hacían ésas cosas por él?
"Hm, mamá."
Anne dejó de acariciar los rizos chocolates de su pequeño, para prestar absoluta atención a sus ojos.
"¿Qué ocurre, cielo?"
"Ehm, yo..." titubeo "Y-yo queria- quiero preguntarte algo."
"Adelante, cariño" animó, volviendo a acariciar el suave cabello de su pequeño hijo.
"Yo quería preguntarte, en realidad, quiero decirte qu-"
Tres golpes en la puerta los interrumpieron.
"Con permiso."
Un hermoso hombre se hizo presente desde el marco de la puerta, arruinando -o quizás, salvando- a Harry de dar su gran confesión.
"Oh, adelante doctor. Pase, pase." invitó amablemente Anne, muy inconsciente de lo que podría haber sucedido de no ser que el joven doctor Tomlinson interrumpiera.
"Buenos días señora Styles, y disculpe la interrupción. Y buenos días a ti también, Harry" se dirigió hacia el adolescente y simpremente, sonrió.
Para Harry no fue muy difícil devolverle el gesto, mientras que en el proceso quedaba embobado por las arruguitas que se le formaban a los costados de sus ojos.
"Buenos días." murmuró el menor de la habitación, ya cuando su madre se encontraba hablando con su hermoso doctor.
"¿Y qué es lo que tiene mi pequeño, doctor?" preguntó con preocupación la madre del muchacho, acariciando distraidamente sus rizos.
"Verá, no es definitivo aún ya que sólo le realicé una revisión y me hacen falta las radiografías e otros análisis, pero hasta ahora todo indica que puede tener una fractura de costillas" Anne ahogó un grito de horror, "Oh, créame, no es nada grave. Depende mucho de cuántas y cuáles son las partes lesionadas. Pero puede quedarse tranquila," animó, permitiéndose colocar una mano en su hombro como gesto reconfortante "con un buen tratamiento, el pequeño Harry estará muy bien"
Pequeño Harry.
Harry se preguntaba cómo hacía para tranquilizar a cualquiera con su encantadora sonrisa. Y a su vez, no sabía cómo hacía para provocar en él ésas famosas 'mariposas', que en su estómago se sentían como un huracán.
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Ayudame a ser feliz «Larry»
FanficLouis es un importante doctor en su ciudad que, a sus pocos veinticinco años, heredó la prestigiosa clínica Tomlinson. Harry es un simple estudiante de dieciséis años que sufre hostigamiento. ¿Qué pasaría si estas dos personas totalmente diferentes...