Llegaba de la escuela exhausta, no era un día normal, aunque ya ninguno de mis días eran normales. Obtuve algunas calificaciones, todas sobresalientes, ya que no tengo amigos ni vida social entonces tengo mucho tiempo para estudiar, tampoco podía ensuciar el apellido Zonobe, me rehusaba a usarlo pero no tenia de otra, soy la hijastra de Marck Zonobe.
Hoy es la despedida de mi hermano, en una semana se iría a Japón a estudiar más para los negocios de la familia, había cambiado tanto en tan solo 1 año, nunca se había visto tan bien, ya no parecía un niño ni un adolecente, era un hombre y comprometido.
Quería escapar de todo el alboroto y salí de compras, sola, sin chofer, sin nada.
*Sonó mi celular, era mamá*
- ¿Si?
- ¡¿Dónde estás?! – Estaba alterada, muy alterada.
- Ya voy a casa.
- ¿Ya vienes a casa?, ¡NO DEBIAS SALIR DE CAS... - colgué y volví a casa.
Mamá no estaba esperándome, subí a mi habitación a alistarme, me bañe, me vestí, maquille y peine, ahora solo quedaba bajar e ir a la sala de eventos cruzando el gigantesco jardín y actuar como si tuviera una vida perfecta, no iba a pasar.
Entre y salude a mamá, no me dijo nada pues estaba con Marck
- Hola papá – recordé que la última vez que lo llame Marck se molestó y me dijo que lo llamara papá.
Pase casi toda la fiesta en el rincón de la comida, sola. No se relacionarme con estar personas.
- No deberías ir a compartir con alguien, con tu hermano por ejemplo – era mamá
- Quizá después. Ahora está ocupado.
- Mayu deja de ser tan antisocial... - no la deje terminar.
- Mamá, dije que quizá después, ahora necesito aire, permiso – me fui al patio.
Estuve un largo rato ahí, tranquila y serena, no podía ser para siempre.
- ¡Hey!
- ¿Eh?
- Mayu Zonobe
- Hola. – Era Julio Snoow, cantante famoso y adinerado amigo de la familia, solía hablar con el antes pero parecía distinto, ¿Estaba borracho?
- Que linda estas esta noche
- Gracias.
- Te propongo algo
- ¿Qué?
- ¿No quieres ser mi parejita?
- ¿Parejita?
- Ya sabes, nada serio pero algo placentero, podríamos empezar ahora
- ¿Quién te crees?
- No te pongas así niñita – me acorralo en la barandilla e intento besarme
- ¡No! – Gire mi cara y lo aparte, mire por encima de su hombre por ayuda, alguien venia, Julio lo escucho.
- Casi no podías resistirte – Me giño un ojo y se fue.
- ¿Mayu? – Era mi hermano – ¡NO PUEDE SER QUE SEAS TÚ!, DIOS, ¿QUÉ CREES QUE HACIAS?