ÉL: — ¿Martina?
YO: — ¿Que quieres?
ÉL: — Uyy, pero que brava.
YO: — ... (-.-)
ÉL: — ¿Te puedo preguntar algo?
YO: — Depende.
ÉL: — ¿De que?
YO: — ¿De que tanto quieras saber?
ÉL: — Bueno...¿Te gusta Masón?
YO: — ...
ÉL: — Contesta.
ÉL: — No te vayas.
ÉL: — Rayos, entonces te encanta.
ÉL: —Necesitas controlar tus hormonas, Martina. Puedo olerlo desde acá.