Las manecillas del reloj

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Era un día como cualquier otro. Era tan rutinario y predecible; los días... las tardes... las noches... eran... exactamente iguales. Estoy seguro que no era el único que deseaba que la vida tuviera un cambio. Algo ligero, para que ya no fuera tan insípida la rutina, pero lo que ocurrió fue algo excesivo.
Todo empezó como un día normal, salí de mi casa muy temprano como diario. Al llegar a la prepa me encontré con mi amigo Christian que estaba afuera del salón, al sonar la campana todos entramos a clases; durante la clase yo solo miraba las manecillas de mi reloj que avanzaban lentamente, los minutos parecían horas.
A menudo se escuchaban los helicópteros y aviones que se dirigían a la base aérea que estaba cerca de la ciudad, recuerdo que unos Ángeles azules pasaron mucho más cerca de lo normal y dejaron caer una especie de gas; me parecía raro que ese gas no hubiera causado ningún problema, a los pocos minutos se empezaron a escuchar las sirenas de las patrullas y de las ambulancias, muchos se estaban poniendo algo nerviosos en especial el maestro, se veía muy pálido y estaba sudando mucho.
Una de las enfermeras de la escuela vino a ver si nos encontrábamos bien, el maestro por su aspecto era obvio que se encontraba mal, pude notar que sentía un dolor muy fuerte en la cabeza ya que no dejaba de frotar sus cienes también daba grandes bocanadas de aire, la enfermera empezó a tomarle la temperatura mientras nosotros salíamos del salón el profesor empezó a vomitar sangre y se desplomo al suelo, todos fuimos a ver si se encontraba bien.
-Denle algo de espacio- la enfermera se acerco.
Mientras le daba primeros auxilios pero no sirvió de nada ya que al tomarle el pulso no sentía nada, él estaba muerto o al menos eso parecía, muchos empezaron a llamar a los hospitales pero las líneas estaban saturadas, mientras el tiempo transcurría más estudiantes y maestros empezaron a desmallarse, todos se estaban dejando consumir por el pánico, mi impresión al respecto era algo insensible, lo que estaba pasando tenía una cabida en lo "normal", hasta que el profesor se levantó con la mirada en blanco, en ese momento creí que estaba viendo alguna especie de milagro, alguien que pudo escapar de las garras de la muerte pero no era así.
La enfermera se le acerco impactada al igual que todos nosotros y mientras tartamudeaba del asombro, el profesor la tomo y en una fracción de segundo mordió su cuello, la sangre de su yugular salpico las paredes y a todos los que estábamos alrededor, hubo un momento de silencio, seguido por un caos total, todos tratábamos de salir de la preparatoria pero la salida estaba llena de gente y de más personas como el profesor en esos momentos la salida no era una opción, Christian grito:
-¡¡Todos suban a la azotea!!-
Yo no podía reaccionar, no podía escuchar nada, solo sentía como las manecillas del reloj seguían avanzando, Samuel me empezó a empujar para que subiera, ya que subimos Samuel cerró la puerta los gritos no cesaban de pronto todas esas cosas empezaron a correr hacia los que habían sido aplastados por la multitud pero por desgracia seguían con vida, y hacia los que no podían creer lo que estaba pasando, en mis pesadillas aun veo esas imágenes y se reviven esos gritos desgarradores de los que no lograron escapar.
Paso el tiempo y en mi mente trataba de revivir cada detalle del ataque a la enfermera y el desmallo del maestro pero el incesante sonido de sus pasos e incansables intentos por subir por nosotros no me dejaban pensar con claridad, ellos llegaban y se alejaban, pero no dejaban el plantel, durante unos minutos solo podía escuchar el palpitar de mi corazón.
Todos estábamos tratando de llamar a nuestros hogares pero no teníamos éxito, en ninguna casa contestaban solo nos quedaba esperar y escuchar los llantos de algunas personas, el tiempo seguía su curso y ellos empezaron a bajar del edificio y a salir de la preparatoria.
Toque mi cara y estaba cubierta con la sangre de la enfermera al parecer el contacto con la sangre sobre la piel no afectaba siempre y cuando no haya entrado al sistema del cuerpo, después de un rato los únicos ruidos que se escuchaba eran los pasos de unas de esas cosas y los sollozos de Paola, Christian se acercó a ella y pregunto
- ¿Estás bien?-
Yo pensé:
-Es una pregunta algo estúpida para este tipo de situación...-.
Ella le mostro la mordida que tenía en la muñeca, todos se alejaron menos Christian, ella trataba de convencernos de que ella era diferente, que esto no la haría una de esas cosas, todos habían entrado en pánico, los gritos y reproches hicieron que esas cosas entraran de nuevo, no entendía porque olvidaron el peligro latente que teníamos enfrente, Paola empezó a vomitar sangre y a convulsionarse antes de caer en el suelo, de nuevo todo quedo en un silencio abrumador, ella se levantó pero con la mirada hacia abajo y la blusa llena de sangre, el agudo grito de Dulce hizo que todos reaccionáramos, Christian se pudo mover rápido antes de que ella lo atacara, por lo que pude observar ellos no pueden ver si no ella no hubiera caído del edificio al barandal de las escaleras, eran aproximadamente unos 12 metros hacia el piso, mientras tratábamos de salir del de estado de shock el sonido de como su espina dorsal se quebraba y se partía a la mitad nos perturbaba aún más, sin embargo ella no seguía con vida ella ya era una de ellos pero los fiambres que estaban rondando el edificio se le acercaron y la empezaron a devorar, sin importarles que fuera como ellos.
Cuando parecía que todo se había calmado, el sonido de las ambulancias, bomberos y patrullas se escuchaba sin parar, sin mencionar el olor a putrefacción que llenaba el lugar, los monumentos a la vanidad que había en la ciudad se empezaron a incendiar, lo que antes había sido una gran ciudad estaba derrumbándose como una casa de naipes , poco a poco el ruido empezó a bajar hasta que solo se escuchaban los pasos de fiambres otra vez, yo solo miraba las manecillas del reloj y repasaba cada detalle de lo que había visto, no me percataba del tiempo transcurrido solo miraba el movimiento de cada manecilla, sin embargo no dejaba de pensar en mi familia, en ¿que habrá pasado con ella?, sin saberlo estaba entrando en una laguna mental, en pensar en todo y a la vez en nada.
Cuando por fin puede volver en mí el sol empezaba a bajar, vi la hora en mi reloj...4 horas...tan solo habían transcurrido 4 horas,
Los edificios que había cerca aún se estaban quemando, el humo de los edificios empezó a nublar el cielo y una ligera lluvia comenzó, la panza me comenzaba a gruñir, no sé si era por hambre o por el asco que sentía por el olor y las personas desmembradas en el suelo que volvían a la vida, Samuel y Christian empezaron a idear un plan para ir a la tienda que había en el edificio C de la prepa por comida y para sacar a los zombis que todavía estaban dentro o bien no dejar que entraran más, el plan era simple solo teníamos que bajar con mucho sigilo para no llamar la atención de esas cosas, cuando les dije que si me podía unir Samuel me advirtió.
-Esto no es como jugar a las escondidas, aquí tendremos que confiar totalmente los unos a los otros si no vamos a morir... ¿seguro de que lo quieres intentar...?-
-De nada sirvo si me quedo aquí...-.
Cuando Samuel empezó a abrir la escotilla sentí como un escalofrió recorrió mi cuerpo, esta no era algo común y corriente aquí no solo me podía hacer moretones, aquí mi vida estaba en peligro y también la de mis amigos, lo poco que quedaba de mi familia, esos momentos fueron de los más largos de mi vida, al bajar las escaleras, se podía ver un cuerpo tirado en el piso al acercarnos Christian reconoció su cara.
-Es el Jardinero-
Mientras tomaba las llaves del almacén, yo no tenía idea de para que, así que seguimos caminando Samuel tomo la decisión de sacar a la mayor cantidad de infectados.
-Esteban, Christian... cuenten hasta diez y vallan lo más rápido que puedan al estacionamiento ahí nos las arreglaremos para limpiar toda la prepa-
Christian y yo solo confirmamos con la cabeza.
En el jardín había una pala y una picota, recuerdo que días antes estaban colocando plantas y árboles, por mi cabeza voló un recuerdo de esos días tan perfectos, no sabía que llevaba una buena vida hasta que todo esto ocurrió, recordar que todo tenía un paisaje tan apacible, tan tranquilo, lleno de vida, y ahora el panorama era simplemente fúnebre, mientras que Christian y yo tomábamos la pala y la picota Samuel golpeaba la puerta con una varilla metálica, el sonido retumbo hasta el estacionamiento y cuando los zombis escucharon los golpes comenzaron a avanzar hacia la puerta principal para encontrar a alguna víctima.
Samuel estaba a mitad de la calle sobre un auto, alzo la vara de metal y al momento en el que el clavo con todas sus fuerzas en el parabrisas del auto activando su alarma nosotros esperamos a que salieran los zombis y cerramos la puerta principal.
Comenzamos a correr al estacionamiento, tendríamos asegurarnos de que esa área estuviera lo más despejada posible pero eran muchos los que se estaban acercando, solo pude ver que afuera se estaba juntando un enorme grupo de esas cosas, el camino de la entrada al estacionamiento era de unos 200 o 250 metros a través de la prepa, muchas veces los había recorrido caminando o corriendo pero esta vez fueron muy largos, cada metro que avanzaba se sentía como un kilómetro, lo que podía ver era a maestros y amigos convertidos en esas cosas pero trataba de dejar eso de lado ya que no tenía tiempo que perder, Christian me estaba cubriendo la espalda. Al llegar a la entrada del estacionamiento los perros que antes velaban los edificios, también se habían infectado, sus ojos estaban completamente blancos y sus hocicos estaban llenos de sangre, ya que se estaban comiendo a otro de los perros, ellos se me acercaron poco a poco ya no tenía hacia donde huir, Christian llego en el momento justo, cuando el llego dos perros se alejaron y fueron hacia él, ahora solo tenía que librarme de los otros dos y esperar a que Samuel regresara sano y salvo, pero eso no sería fácil, no me podía arriesgar a tener una sola herida ya que me podía convertir en una de esas cosas, mi corazón no paraba de latir, Christian grito:
-¡¡toma esto!!-
Y lanzo una hacha, en el momento que vi que el hacha venia hacia mi solté la pala y con un giro tome el hacha y le corte la cabeza a uno de los perros mientras que el otro se arrojó sobre mí y trato de morderme pero el mango del hacha salvo mi vida, mientras tanto Christian ya había acabado con los perros él se acercó corriendo con un machete y decapito al perro, al llegar la puerta del estacionamiento veíamos que Samuel se acercaba a toda prisa mientras era perseguido por una holeada de infectados, muchos solo caminaban pero también había algunos que podían correr, él estaba a unos cuantos metros de la entrada.... Mientras que yo lo estaba esperando para cerrar la puerta.
Cuando Samuel entro y cerramos la puerta Christian nos dijo:
-tenemos que limpiar la prepa de esas cosas para poder encontrar sobrevivientes-
Entonces fuimos a la oficina del jardinero, paramos para podernos armar aunque fuera con algo más que las palas y utensilios de jardinería que estaban en su oficina. No era más que un almacén viejo y gastado con la pintura calleándose por la humedad. Al entrar a la oficina encontramos un brazo cercenado y más partes de un cuerpo y mientras nos acercábamos a un pequeño baño se escuchaba un llanto muy tenue saliendo del interior del baño. Estábamos muertos del miedo cuando nos acercamos a la puerta del baño vimos un cuerpo cercenado atorado en la puerta mientras los gritos se volvían más fuertes y desesperados, empezamos a mover el cuerpo de la entrada para poder abrir la puerta; cuando abrimos la puerta un afilado cuchillo salió volando del interior del baño... estábamos sorprendidos de eso... al fijarnos en el interior del baño se encontraba Yuri complemente asustada y cubierta de sangre, al preguntarle por qué estaba ahí Yuri explico:
-Al ver los zombis me encerré en la oficina del jardinero para poder protegerme, pero dentro había otro infectado que intento atacarme, tome el cuchillo de mi mochila y empecé a mutilarlo-
Mientras le explicábamos que había que hacer un zombi mórbidamente obeso bloqueo la salida, Con el hacha perfore su cráneo pero su titánico cuerpo seguía obstruyendo la salida, mientras tanto los fiambres que aún había en la prepa se estaban acercando.
Edward y Dulce trataban de ver el estacionamiento pero les era imposible, solo podían ver a todos los fiambres acercándose a los almacenes que había cerca del estacionamiento todos estábamos sintiendo la presión, Edward grito:
-¡No puedo seguir viendo esto!-
Todos miraron sorprendidos a Edward, pero el solo volteo hacia otro lado.
Los fiambres que se habían acercado empezaron a comerse al sujeto de la puerta, mientras que Yuri señalaba lo obvio.
-no tardan en entrar-
No podíamos quedarnos sentados a esperar a la muerte así que buscábamos una salida del almacén, las únicas opciones eran salir por la ventana pero era demasiado pequeña, o en cuanto el fiambre dejara de atrancar la puerta cerrarla inmediatamente, pero la puerta no podría aguantar demasiado, empezábamos a perder la esperanza, solo veía que las manecillas del reloj avanzaban lenta y tortuosamente
Cuando el cadáver que atrancaba la puerta empezó a resbalar, cerré la puerta lo más rápido que pude, por suerte no pudieron entrar, pero eso solo nos había conseguido algo de tiempo.
Ahí iba a terminar mi camino, sentado en un almacén esperando a que entraran, sin la más mínima esperanza, mi celular empezó a sonar, pensé que era una broma cruel que me jugaba mi subconsciente, lo deje sonar y Samuel me miro y me grito para que contestara, era una llamada de Edward en ese momento el tono de mi celular me pareció el sonido más bello del mundo, Cuando conteste Edward me dijo:
-¿Han mordido a alguien?-
-No, pero no tardan en hacerlo...-
-Bien les daremos una distracción, no se a cuantas de esas cosas vaya a atraer pero ya es algo, estaremos abajo en 5 minutos y empezaremos a correr y a gritar para atraerlos, ahí tendrán tiempo para salir y ayudarnos a vaciar la prepa-
-Ok, solo date prisa-
-Sí, no se preocupen tal vez tardemos un p...-
La llamada se había cortado, les conté el plan a los que estábamos en el almacén, mire mi reloj y veía como transcurría el tiempo, pasaron los 5 minutos y no pasaba nada...
-Tal vez, mi reloj está mal...-
El tiempo seguía avanzando y no pasaba nada, solo se oían los golpes en la puerta y los gruñidos de esas cosas, Yuri pregunto:
-¿Que estará pasando en el edificio?-
Christian contesto:
-Tal vez están organizando bien el plan-
En la azotea del edificio Edward discutía con los sobrevivientes, nadie quería bajar a ayudarnos solo Edward y Lalo.
Edward ya estaba convenciéndolos de bajar pero Carlos les mostraba los Contras de tratar salvarnos y mientras el calor asfixiante nos consumía en el almacén Carlos saca el lado pesimista de todos:
-Si bajamos no lo lograremos-
Edward se estaba desesperando:
-Pero ellos bajaron para limpiar la prepa y conseguir comida,
¡No podemos dejarlos allá abajo!-
-¿Y si esperamos a que llegue la policía o el ejército?-
-¿Tú crees que de verdad llegarían a la prepa?, ¡Mira a tu alrededor, la ciudad es un completo caos, Estamos solos en esto además no crees que en la policía y en el ejército también allá pasado esto, por lo visto esto a la pasado en toda la ciudad, si nos quedamos aquí solo esperaremos la muerte sentados¡-
Carlos sabía que Edward tenía la razón, no podían quedarse ahí.
-Bien que baje quien quiera pero si alguien sale herido quedara en tu conciencia no en la mía-
La puerta del almacén estaba a punto de caerse, Todos la estábamos deteniendo pero cada golpe era más fuerte que el anterior, la esperanza ya estaba perdida pero mientras que ellos trataban de tirar la puerta pude escuchar a lo lejos:
-¡Esteban!-
Los fiambres se empezaban a alejar Yuri tomo todas las herramientas del almacén que pudo para salir y dárselas a los que habían bajado, contamos hasta 3 para salir, Samuel, Christian y yo
-1...-
-2...-
-...3...-
Al salir pude ver a Edward y a Lalo acabar con un par de esas cosas pero los empezaron a rodear.
-Demonios Edward sabía que era una mala idea-
-Cállate Lalo seguro que podemos salir de esto, Esteban no nos va a abandonar-
Salimos corriendo hacia ellos, Samuel Lanzo un tridente y atravesó el pecho de un fiambre ellos se empezaron a separar, Yuri llego por atrás y les dio un bate de beisbol que había en el patio y un machete que había en el jardín, tratamos de lidiar con ellos pero eran demasiados a pesar de que Samuel saco a la gran mayoría aun había muchos dentro, solo quedaba hacer una retirada estratégica hacia la cooperativa donde estaba la comida.
Al llegar ahí encontramos a otro grupo de sobrevivientes eran alumnos de otro salón y un maestro, les pedimos que nos dejaran entrar pero el maestro no nos quería dejar entrar:
-¡Largo este lugar ya está ocupado, necesitamos toda la comida que hay aquí¡-
Lalo grito desesperado:
-¡No nos puede hacer esto, por favor déjenos entrar!-
Mientras que tratábamos de entrar a la cooperativa los fiambres se acercaban, poco a poco, ya no había hacia donde huir solo podíamos pelear hasta el último aliento.
La lluvia venia y se iba, tenía miedo de que esa fuera la última vez en la que sentiría la dulce brisa, las gotas de agua golpeando mi cara...
Sin más que decir o hacer la pelea comenzó...La sangre y las vísceras volaban a mí alrededor, el miedo a ser mordido se empezó a desvanecer, es curioso...
Cuando sabes que llega el inevitable fin, ya nada te importa...
Era increíble con que insensibilidad estábamos matando a esas cosas, cuando un fiambre se abalanzo contra Yuri empezó a gritar, Christian llego con un movimiento certero decapito al fiambre, Yuri se levantó cubierta de sangre pero estaba bien.
Poco a poco empezamos a perder las fuerzas, Samuel se me acerco cubierto de sangre al igual que yo, ahí quedamos espalda con espalda
-Al menos no se lo hemos dejado fácil, no crees Esteban...-
-Ha...dime, ¿aun crees que podemos salir de esto...?
-No...pero...hay que pelear hasta que el cuerpo ya no aguante...solo promete algo...-
-¿Qué?-
-Si me llego a convertir en una de esas cosas...No permitas que sea un peligro...-
-Hahaha...solo si tú haces lo mismo en caso de que yo sea el infecto-
-Excelente...-
No tardaron en acorralarnos, la hora había llegado... lo único en lo que podía pensar era en mi familia...
De repente una explosión azoto mis tímpanos, todo estaba borroso... mi cabeza me dolía mucho y me zumbaban los oídos, una gran nube de humo nos rodeó y los zombis se alejaron y fueron hacia la entrada del estacionamiento fue lo último que vi antes de desmallarme.
Solo podía escuchar una sirena que no dejaba de sonar, las imágenes que vi estaban fragmentadas... lo único que si recuerdo bien es como sentía el lento avanzar de las manecillas del reloj.
Al despertar el sol se estaba ocultando, jamás me había tomado el tiempo para ver el atardecer, era tan hermoso, pero para mí desgracia seguía vivo, al tratar de levantarme vi que me encontraba en uno de los salones del edificio, Yuri se acercó.
-Esteban, no te muevas, ¿tienes sed o hambre?-
-Ahg... la boca me sabe a sangre... ¿Yuri que pasó?-
-Un carro del ejército se estrelló afuera del estacionamiento y por alguna razón exploto, un pedazo de metal te golpeo la cabeza y te desmayaste pero parece que estas bien, Samuel y Christian te levantaron y te acarrearon aquí-
-¿Y dónde están los demás?-
-Ellos ya se encargaron de los infectados que aún había en la prepa, solo es cuestión de tiempo para que suban y me ayuden a bajarte-
-No es necesario, ya me siento bien...-
Me levante, me costó mucho trabajo hacerlo, mis piernas temblaban y la cabeza me empezó a punzar, empecé a tambalearme hacia la puerta para bajar cuando trate de abrirla Yuri llego y me agarro para detenerme:
-Yuri, ya te lo dije estoy bien-
-No, no lo estás ahora recuéstate antes de que me moleste, solo espera a que suba alguien para ayudarte-
Supongo que tenía razón, ya no me podía mantener de pie así que solo me recosté para ver como el sol se ocultaba... Al poco tiempo me quede dormido, a pesar de todo lo que había sucedido pude dormir muy apaciblemente, Al abrir los ojos la noche había caído y mis amigos estaban a mi alrededor, mirándome inquietados y sorprendidos al ver que había abierto los ojos, Christian me dio un jugo para que recuperara las fuerzas.
-¿Cómo te sientes Esteban?-
-Ah... bien gracias...han encontrado a alguien más aparte de los sujetos que había en la cooperativa-
-Si...pero las conocerás cuando bajes-
-Ok ayúdame-
Me sentía mejor pero aún me dolía la cabeza, cuando baje vi que habían hecho una fogata en la cancha de basquetbol, todos reían y se veían bien, como si nada de esto hubiera pasado, al sentarme con ellos vi al profesor y se acercó a mí.
-Oye...Esteban en verdad...lamento no haberles abierto la puerta...entre en pánico...ojala ya te sientas mejor-
No le respondí, solo asentí con la cabeza
-Está bien si no me quieres responder...-
Se retiró, mis demás compañeros se acercaron a ver como estaba, es raro que cuando estas a punto de morir te vuelves el centro de atención...pero Susi no se acercó así que yo me acerque a ella.
-Oye... ¿estás bien?, ¿No te ha sucedido nada?.-
-¡Tú crees que voy a estar bien, mis padres no responden el teléfono y mi hermano tampoco, son lo más importante para mí y probablemente ya estén muertos o sean una de esas cosas¡...-
-¡No tienes por qué ponerte así, sabes no eres la única, todos aquí estamos pasando lo mismo que tú, tienes razón nada garantiza que estén vivos pero tampoco que estén muertos¡-
Todos me miraron... y empezaron los murmureos, pero en ese momento era lo que menos importaba. Carlos empezó a "crear" un plan para ir a un lugar más seguro, sin consultar a nadie, el solo se puso como líder de este grupo.
Lalo no estaba del todo de acuerdo.
-Y se puede saber ¿quién te ha nombrado como líder Carlos?-
-Nadie, solo sé que es lo mejor para todos-
-¿Cómo lo sabes?
-Mi casa no está lejos y tenemos una forma de transportarnos-
-Mi casa está más cerca y ahí también hay carros-
-Pues ya está hecho, iremos a tu casa, ahí buscaremos la forma de sobrevivir-
Lalo sabía que Carlos tenía razón, era un idiota pero con la razón, la noche seguía avanzando, mientras todos se ponían de acuerdo en donde deberíamos de dormir, yo cenaba tranquilamente, mientras evitaba el pensar en mi familia, ya que como se lo había dicho a Susi, nada me garantizaba que estuviera viva...
Cuando por fin se decidieron por dormir en un salón, ya me había recuperado casi por completo, claro aún me dolía la cabeza, pero era algo tolerable.
Cuando ya estábamos subiendo a el salón donde nos quedaríamos podía ver la expresión de tristeza y dolor que todos tenían, a pesar de que aun estábamos vivos, la duda sobre nuestras familias y seres queridos seguirían vivos no abandonaba nuestras cabezas, Samuel se quedó observando las entradas del frente y Susi las traseras para que si en algún momento uno de los fiambres entrara dar aviso a todos.
Mientras que todos trataban de dormir, yo aún miraba como las manecillas de mi reloj avanzaban lentamente, podía sentir como cada engrane avanzaba pensando en ello quede dormido profundamente, a pesar de los gritos y los golpes de los fiambres en las puertas pudimos pasar la noche.

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