Capítulo 5:

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ELENA:

El encapuchado me lleva entre la multitud de la parte pobre de Breinian a un paso ligero. Yo intento seguirlo lo más rápido que me permite el cuerpo, pero estoy débil y para mí andar tan rápido es toda una aventura, así que caigo al suelo. El joven se para en seco al notar que he caído y se agacha para ayudarme. 

-Intentad caminar más rápido.- Dice él, en un tono bastante suave y conciliador. 

-No es fácil cuando lleváis días sin comer.- Le respondo lo más sarcástica posible y le dedico una mirada de odio. 

El no contesta a mis palabras y se dedica a agarrar mi brazo. Yo me estremezco ante el roce de sus manos sobre mi brazo. Para lo único que me suelen tocar es para pegarme o violarme y no para ayudarme. Cuando consigo levantarme, con la ayuda del chico, me deshago de su agarre lo más rápido posible. Cuanto menos contacto físico haya, mejor. 

-Creo que es mejor que os lleve en brazos. Agilizaría mucho las cosas. 

-No, no es necesario. Puedo ir sola. 

-Pero no al ritmo que deberíamos ir, así que, si, os llevaré en brazos. 

-He dicho que no.- Digo tajante. 

Pero  el no se asusta de mi tono y sin previo aviso me coge y cuan saco de patatas me posa en su hombro y continúa su camino.

-¡ESTÁIS LOCO! BAJADME DE AQUÍ HE DICHO QUE NO.- Digo mientras pataleo y grito.- ¡He dicho que no!

Él se para en seco y mira a su alrededor dudoso sobre que ruta tomar. Cuando vuelve a emprender su camino me fijo en el suelo de la calle, que no es como hasta hace unos, momentos, tampoco el sonido, ni el olor. 

-No os preocupéis ya falta poco para llegar a mi caballo.- Dice consciente de que estoy cansada de ir colgando de su hombro 

Pienso detenidamente en sus palabras. ¡UN CABALLO! esa es la clave. Cuando me ayude a montar en su cochambroso caballo de poca monta.-lo cual hará ya que llevarme andando lo retrasará y al parecer tiene mucha prisa.- me iré dejándolo abandonado y así le daré una lección ¡NO COMPRES ESCLAVOS EN MERCADOS ILEGALES NECIO!

Me deja en el suelo ante una lujosa casa y llama a la puerta, de esta sale un hombre, algo más mayor que yo, o a lo mejor es por el efecto de su poblada barba. Ellos dos comienzan a hablar y yo me centro en los detalles de la calle. 

Es impresionante, las casas, a parte de ser grandes, son preciosas. El olor que invade la calle me recuerda a el pan que mi madre hacía con el trigo recién molido que mi padre cultivaba. Las gentes que pasean visten con elegantes trajes de distintos colores y con engarzados muy elaborados, en cambio yo iba con un saco de patatas como vestido, tal vez esa es la razón por la que me miran tan alarmados

Noto una ligera presión en el hombro y me doy la vuelta de inmediato. 

Me encuentro de bruces con el morro del caballo, que me asusta y provoca que me caiga al suelo. 

-¿Estáis bien?- Pregunta el encapuchado acercándose para ayudarme de nuevo. 

Yo le paro con la mano y me levanto sola. 

-Estoy bien.

El joven se despide del hombre con barba y vamos caminando hasta la entrada de un bosque, donde él se monta en su caballo dejándome en el suelo y fastidiando así mi plan perfecto de huida. 

-Montad.- Me ordena él mientras tiende la mano para ayudarme.

Yo le miro fijamente la mano. Probablemente podría aceptar la mano, montar en su corcel e irnos hacía su casa noble en medio de un bosque, pero no me iba a dejar llevar tan fácilmente.

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⏰ Última actualización: Sep 14, 2016 ⏰

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