Narra Edith
Hay estábamos, manejaba una patrulla mientras el sacaba su cabeza por la ventana.
Esto es demasiado loco.
Llegamos a aquella vieja casa donde ''vivíamos''.
Yo me fui a mi vieja habitación y el fue por dos tragos de whisky.
Empezamos a tomar una tras otro trago, platicábamos lo que pasaría después de esto, como si tuviéramos la certeza en todo.
Me recargue en la cabecera de la cama, el recargo su cabeza en mi hombro izquierdo.
—¿Te puedo hacer una pregunta?—Pregunto mirando mis manos, Yo asentí.
—¿Porque estas conmigo?—
—Tal vez estoy obsesionada con los locos o los desastres —Dije, el hizo una mueca como sonrisa —¿Que pasa?—Pregunte
—Es eso, si te pasa algo pierdo la cabeza—Dijo
—¿Totalmente?-Pregunte
—Totalmente —Contesto —Ojala pudiera prometerte todo eso lindo que quieres, peeo mirame soy un jodido fenomeno, te daria el cielo, pero linda, tal parece que yo solo se de infiernos —Dijo con la voz quebrada.
Me moví para quedar frente a el y tome su rostro.
—Sabes algo, aquí no importa si eres bueno o el malo, apaga tu mente y deja que tu corazón respire, déjame en volverme en ti, déjame decirte que lo eres todo—Dije con una pequeña sonrisa viendo sus ojos.
No se en que momento llego aquí, al abismo de sus ojos que me envolvía como nadie.
Tomo mi rostro y me beso tiernamente. Se coloco arriba de mi pero no al punto de aplastarme.
Me beso poco a poco, estaba nerviosa, no sabia el porque, nunca me había pasado esto.
Me encanta demasiado.
Se separo de mi y me sonrió tiernamente, era de esas pocas veces que lo veía sonreír de verdad.
Se paro de la cama, quito su saco, después su chaleco y por ultimo la camisa.
Yo lo mire arriba a bajo, Sus enormes brazos y su abdomen marcado.
Mordí levemente mi labio.
Se ha cerco a mi nuevamente, se acostó alado de mi, yo gire y lo mire, nuestro maquillaje era un desastre total. El me sonrió, me tomo de la cintura y me pego a el.
Nuestras respiraciones se mezclaban, cerramos los ojos se acerco a mi y me beso nuevamente.
Fue inicio del caos mas hermosos del universo.
Se coloco arriba de mi.
Me beso poco a poco mi cuello dando leves mordidas que me hacia gemir levemente.
Quito mi blusa bruscamente.
Beso mi abdomen poco a poco hasta llegar a mi ombligo lamio levemente, eso ocasiono un gemido.
Saco una navaja de su bolsillo y en mi cadera en la parte derecha sentí como cortaba y formaba la letra J .
No sabría bien como explicar esa sensación del dolor y la excitación junta.
Regreso a mis labios a besarlos con lujuria y deseo. Desabroche el cinturón de su pantalón para después ir a su botón. Baje poco a poco sus pantalones.
Sonrió en medio del beso.
—No pierde su tiempo señorita Gomez —Dijo sonriendo coquetamente entre beso, yo sonreí.
Baje completamente sus pantalones y observe su erección. El desabrocho mis pantalones y lo fue bajando poco a poco mientras me besaba.
Ya estábamos desnudos, senti su mano recorrer mi cintura hasta que sentí que llego a mi sexo, metió su dedo índice y empezó a juguetear con mi clitoris, yo para esto ya estaba un poco húmeda.
Me besaba mi cuello mientras el metía sus dedos en mi.
Dios me estaba volviendo loca.
Con mi mano derecha tome su miembro y empecé a frotarlo de arriba a bajo.
Lo único que escuchaba eres leve suspiros de por parte de el.
Metió dos de sus dedos fuertemente en mi vagina que me hizo soltar un gran gemido.
Lo deseaba, claro que lo quería dentro de mi.
Retiro mi sujetador color morado con encaje, me miro y mordió su labio.
Beso cada uno de mis pechos, haciendo y deshaciendo lo que el quería con ambos, yo solo gemía.
De un momento a otro me quito mi braga y empezó a besar mis muslos mientras yo estaba acostada en la cama.
Me torturaba.
Le baje los boxers poco a poco, roso un poco su pene en mi feminidad, hizo que soltara un gemido.
Cuando por fin entro en mi, era como si jamás en la vida hubiera estado con alguien.
Empezaron embestidas lentas para después ir mas rápidas, mis grandes gemidos retumbaba la habitación.
No me importaba, estaba jodidamente excitada.
Posiblemente este Ross afuera escuchando como tenemos sexo, pero no nos importo.
Cada vez que me prenetaba masajeaba mi clitoris haciendo eso una combinación placentera de placer.
Sentí como se vino en mi, llegue al éxtasis total.
Se tumbo alado de mi con la respiración agitada.
Temblaban mis piernas, como si hubiera corrido un maratón.
Me cubrió con una cobija que teníamos a nuestros pies y me abrazo.
Toco un poco la cortada que había echo en mi cadera, yo gemí un poco.
No tardo mucho en quedarse dormido el.
Lo mire por unos segundos.
Su rostro tan relajado, tranquilo, dormido parecía lo mas parecido a un jodido ángel.
Sabia que esto no terminaría bien a pesar del cariño que teníamos, somos los malos
Los malos no tienen finales felices.
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Un montón de cicatrices •Joker•
FanfictionLa mitad de la población de esta ciudad cree en los "milagros" y "esperanzas" ¿y Nosotros? Solo somos un montón de Cicatrices que se niegan a curarse.